Matt y Lali debatían mirando el mapa que esta poseía, para ver las longitudes de las rutas, y demás caminos. Sabían que para llegar a Ciudad Cerulean, debían cruzar el Mt. Moon. Pero el mapa no especificaba que tan grande era.
Bianca se mostraba algo ajena a las conversaciones de sus amigos. Prefería caminar en silencio mientras pensaba.
«Vuelvo a Cerulean después de lo que hice y no sé cómo reaccionarán ellos — refiriéndose a Matt y a Lali—. Aunque admito, no sé que tan grave fue»
—... Cuando lleguemos, veremos si continuamos hoy o mañana — decía Matt, con referencia al centro pokémon de la ruta 3, que estaba muy cerca de la entrada al Mt. Moon —, ¿Tú qué dices Bianca? — le preguntó a la chica, pero esta estaba sumida en sus pensamientos, sin prestarle atención.
— ¿Te pasa algo Bianca? — preguntó Lali a su amiga.
— ¿¡Qué!? No, estoy bien. Solo pensaba — respondió con cautela.
— ¿En qué? Si se puede saber.
— En Cerulean — fue su respuesta.
Lali quería seguir preguntando, pero Matt la detuvo diciéndole que no era el momento adecuado para sus preguntas, alegando que algo le preocupaba a la rubia. Su prima, comprensiva, se calló.
Durante su trayecto en la ruta 3, Matt enfrentó varios entrenadores que buscaban un desafío, pero no lo eran para el chico recién galardonado con su primer medalla. Cada combate lo ganó con solvencia. Uso a sus tres pokémon, pero el creía que le faltaba algo más.
Con las batallas, pudo conocer mejor a Pikachu, sin quitar una sonrisa nostálgica, pero algo triste, de su rostro.
Lali también atrapó un nuevo pokémon. Cuando lo vió no pudo resistirse. Era una Nidoran hembra. Lali quedó enamorada de ese pokémon.
Bianca también intentó atrapar un pokémon. Un Jigglypuff. Pero no pudo capturarlo. Y eso la dejó frustrada.
Ya en el centro pokémon, los chicos descansaron del viaje, le pidieron a la enfermera que curara a sus pokémon. Y Matt aprovecho para comunicarse con su familia. Lali también aprovecho y Bianca la acompañó para conocer a la familia de su amiga.
Mientras Matt hablaba con su madre, Jake llegaba a su casa y cuando vió a su hermano no pudo resistirse a charlar con él. Su madre los dejó solos.
Matt le comentaba a Jake todo lo que pasó sin dejar ningún dato en el camino. Cuando Matt le contó sobre la captura de Pikachu, y su hermano le preguntó si estaba bien, este le dijo que no se preocupara, que lo estaba. El relato de la batalla de gimnasio, a Jake todo le resultaba increíble.
— Me alegra saber que todo está bien, Matt — le decía su hermano desde la pantalla de teléfono del centro pokémon.
— Por cierto — Matt se acordó de algo—, cuando hablaba con mamá venías de afuera. ¿Fuiste a ese lugar? — preguntó Matt.
— Sí, fuí ahí — respondió sabiendo a que lugar se refería su hermano.
— ¿A dónde fuiste Jake? — preguntó una voz femenina a las espaldas de Matt.
— ¡Ah! Lali, ¿Desde cuándo estás ahí? — se sobresaltó Matt.
— Un rato — respondió. —, ¿Y bien Jake? — insistió la pelirroja.
— Estuve en la casa del señor Ash — respondió simplemente el ojiverde. «Jake» pensaba Matt al oir que su hermano no dijo la verdad, aunque entendía porque no decía nada.
ESTÁS LEYENDO
Pokémon Kanto: El inico. (CANCELADA).
RandomMatthew, más conocido como Matt, nunca quiso iniciar su viaje pokémon, aún siendo muy bueno en la batallas. Pero a sus 15 años, decidirá volverse entrenador para poder encontrar su camino. En su viaje, será puesto a prueba por un pokémon para saber...