Capítulo 11: Un ex-campeón de la liga Pokémon.

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Matt tenía diez días para entrenar a Zúbat y Magikarp y a primer hora de la mañana comenzó su entrenamiento.

Luego de desayunar fue a la ruta 4 solo. Lali decidió quedarse en el Centro Pokémon, diciendo que esperaba a alguien.

Durante toda la mañana se pasó combatiendo contra cada pokémon salvaje que se le aparecía.

Los resultados de su primer día de entrenamiento no fueron muy favorables. Únicamente, Zúbat venció cada pokémon al que se enfrentó. Magikarp, por otro lado, perdió con todos.

Esa misma tarde, Matt volvía cabizbajo por los malos resultados del entrenamiento. Pensaba en una manera de poder entrenar a Magikarp y que su pokémon mejorara sin caer derrotado.

Cuando llegó al Centro Pokémon, llevó a sus amigos con la enfermera para que los cure y fue al comedor para comer algo. Ahí vió a Lali con Bianca, quien, supuestamente, no podía verlos. Se acercó a las chicas.

— ¿Qué haces aquí Bianca?— le preguntó confundido.

La rubia volteó a verlo con una mirada herida.

— ¿Acaso no querías verme? Sí es así me voy— Bianca hizo un ademán de irse, pero fue detenida por Matt.

— No es eso. Solo me sorprendió verte aquí— respondió mientras se sentaba al lado de su prima, que veía con una sonrisa la charla entre Matt y Bianca.

— Esa era mi intención— rió la rubia—. No sabes la sorpresa que yo tuve cuando mi papá me dijo que si podía verte.

— ¿Qué hizo que cambiara de opinión?— preguntó el chico incrédulo.

— De eso estabamos hablando— dijo Lali, metiéndose en la conversación.

— ¿Y qué suponen?

— Creemos que fue mi madre— respondió Bianca—. Aunque, aún si ella no lo convencía, iba a venir a verte de todas maneras.

— ¿Qué?— a Matt no se le escapó el hecho de que solo se dirigía a él cuando hablaba.

— Seguro me habría vuelto a escapar— admitió la rubia, para nada avergonzada.

— Lo que logras primito— comentó Lali en voz alta, provocando un sonrojo inconsciente por parte de Bianca.

— No entiendo— confesó Matt, y su prima se dió un fuerte golpe en su frente por la ignoracia de su primo.

— Matt, ¿No recuerdas que mi padre dijo que no podía verte solo a tí?— le preguntó Bianca, sabiendo la razón de la confusión del chico.

— ¿Eso dijo? Creí que hablaba en plural— reconoció Matt, avergonzado por un nuevo descuido, eso provocó las risas de sus acompañantes.

Fue una buena tarde y le devolvió la alegría a Matt por la mala seción de entrenamiento de la mañana.

Bianca volvió a su casa y los primos durmieron en sus habitaciones del Centro Pokémon.

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A la mañana siguiente, después del desayuno, Matt fue a buscar a sus pokémon quienes ya estaban recuperados y listos para otro día de entrenamiento.

Decidió esta vez ir a la ruta 24, donde se encontró con varios entrenadores.

Nuevamente, solo Zúbat ganaba sus batallas, algunas con dificultades y otras no, y Magikarp era brutalmente derrotado.

Para la hora del almuerzo, Lali y Bianca fueron a buscar a Matt para poder comer algo. Llevaron la comida en una canasta para un picnic. Encontraron al azabache combatiendo contra un Rattata con Magikarp.

Pokémon Kanto: El inico. (CANCELADA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora