Cuando Matt salió de La Cueva Celeste y volvió a ver a todos en la casa de Bianca, al ver la seriedad en el rostro del señor Divine, supo que lo que había hecho había causado mucho revuelo.
Creyó que ya no había forma de que él pudiera viajar con Bianca para ayudarla a cumplir su sueño. Imaginen la sorpresa que tuvo cuando escuchó al señor Divine decir:
— Te daré una última oportunidad. No la desaproveches.
Matt sabía que, si no vencía a Misty de una vez, su ética y moral como persona, su honor como entrenador, pero sobre todo, su amistad con Bianca; serían pisoteados.
Él sabía perfectamente como quería enfrentar a Misty. Su principal plan siempre fue Pikachu. Pero también quiere saldar una deuda con uno de sus pokémon.
Luego de la batalla que tuvo contra Mewtwo en la cueva, estaba más que preparado para la batalla. Matt tenía una confianza irreal sobre que ganaría a la líder.
Mañana lo demostraría. Hoy ya era muy tarde y quería dormir.
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Estaban todos en la puerta del gimnasio de Ciudad Cerulean, y Matt era el único que no sabía por qué estaban esperando y qué estaban esperando.
— Ya deberían estar aquí— murmuró Lali, mirando la hora en su Pokédex.
«No sabía que se podía ver la hora en la Pokédex» pensó Matt, revisando la suya también.
— ¿Sabemos cómo vendrán?— preguntó Bianca, a todos menos a Matt.
— Ellos no dijeron como vendrían— habló Lucían, mirando a todas partes. Luego añadió—. Ese niño, es bueno creando una atmósfera de suspenso y desesperación.
— ¡Cuando lo vea, le voy a dar un buen...!— Lali se vió interrumpida por un rugido que provenía del cielo.
Todos voltearon a ver quién lo producía. Se llevaron una sorpresa al ver varios pokémon voladores dirigiéndose hacia ellos. Hasta que lo tuvieron casi en sus narices no pudieron reconocerlos.
Bajando de un Staraptor estaba Jake, vestido con su combinación de ropas favoritas: Su chaleco azul con bordes naranjas y un pantalón vaquero azul. Traía su pelo ligeramente desordenado, y sus ojos verdes brillaban con pasión. Aiden se sonrojó furiosamente al ver en persona al chico de la pantalla.
Los demás pokémon: Habían dos Charizard, en uno bajaban Mai y los mellizos, Tom y Bruce, los hermanos menores de Lali. Ambos niños pelinegros con los mismos ojos que su hermana, herencia de su padre, cada uno vestido de la misma manera pero alternando los colores. Mai, con su larga melena celeste, y una sonrisa muy pronunciada, vestía un vestido de una pieza de color rojo.
Del otro Charizard bajaron Jen y Milán. La primera; hermana de Mai, mismo color de pelo solo que más brillante, y una combinación similar a la de Jake: Una blusa naranja con toques azules y una falda de mezclilla hasta poco más arriba de las rodillas. La adorable Milán con su pronunciado cabellos rosa peinado a dos coletas, y su hermoso vestido amarillo, cortesía de su madre seguramente.
Por último, de un impresionante Noivern, bajaron Zeke, Prim y Frank. Los dos primero, aún siendo hermanos, no eran muy parecidos entre si: Distintos colores de cabellos (Zeke negro ceniza y Prim castaño muy claro, casi rubio, con las puntas de color rosa), pero exactamente las mismas facciones en sus rostros. Frank, relajado como siempre, cabello castaño muy oscuro, casi sin percibirlo (a primera vista creerías que es negro), y desordenado como Jake; no pensarías a simple vista que es el hermano menor de Mai y Jen.
La sorpresa en la cara de Matt era digna de enmarcar. Jamás se esperó ver ahí a aquellas personas con las que pasó innumerables días, tardes, noches; jugando, hablando; sobre los pokémon. Los torneos. Si ellos se volverían entrenadores. Las historias del señor Ash. Pero lo que más lo sorprendió fue ver a tantos pokémon de muy avanzado nivel en manos de personas no-entrenadores.
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Pokémon Kanto: El inico. (CANCELADA).
RandomMatthew, más conocido como Matt, nunca quiso iniciar su viaje pokémon, aún siendo muy bueno en la batallas. Pero a sus 15 años, decidirá volverse entrenador para poder encontrar su camino. En su viaje, será puesto a prueba por un pokémon para saber...