Él chico del pack (MarkHyuck)

¿Sí?

Unos días antes de conocer a Zhong ChenLe, Mark se percató de que necesitaba comenzar a trabajar.

Llevaba dos semestres en la carrera de arquitectura, tenía 20 años y se sentía libre. Deseaba salir con sus amigos, conocer, estudiar, ganar su propio dinero para poder comprar sus cosas y no estar atado a ninguna relación seria, por el momento.

Johnny, uno de sus mejores amigos y mayor por cinco años, le aconsejó ser tutor de inglés, un trabajo que el mismo había ejercido cuando estaba en la universidad. Al principio no estuvo muy de acuerdo con la idea, pero con el paso de los días está se volvió cada vez más atractiva.

El ser tutor le brindaría la oportunidad de tener horarios flexibles y así poder balancearlo con sus estudios. Conocería gente y... realmente no tenía nada que perder.

Su primera alumna fue una chica de 15 años llamada BaeMin. La menor pasaba por su etapa de rebeldía y constantemente faltaba a las clases. Su padre se disculpaba y le pagaba el doble, por lo que no fue tan malo.

Después llegó SooHyung, un niño de 9 años que se picaba la nariz y le ofrecía sandwiches de queso.

JinSoo prefería hablarle sobre su  novia y sus problemas escolares. Mark solo escuchaba atentamente porque la vida del menor era como un capítulo de telenovela.

ChaeSeon prestaba atención a sus clases y tomaba notas, su mejor alumna sin duda.

EunHyueok, Hyeon y NaHyuen eran trillizas del mal.

MiNae tenía un crush con él y le regalaba chocolates cada vez que iba a su casa.

Fue tutor de muchos niños y adolescentes. Tenía una carpeta llena de anécdotas que contar y pequeños amigos que le hicieron sonreír con sus curiosos comentarios.

Sin embargo, su último alumno resaltó sobre los otros.

Era un chico menor con voz suave, mejillas como granadas, ojos que casi desaparecían al sonreír y personalidad chispeante.

Mark lo miró y ChenLe sonrió dulcemente.

Ese día mandó al carajo su idea de no tener una relación seria.

Se enamoró de ChenLe lentamente.

El chico poco a poco se llevaba pedazitos de su corazón y los guardaba en un cajón.

No sé necesito mucho más que el transcurso de seis meses, sus palabras sinceras, las bromas mal contadas, los berrinches ocasionales y las tardes en donde se encerraban en el estudio de la casa para fingir estudiar, cuando realmente se acosataban en el piso y escuchaban música.

— Mark Hyung —dijo llamando su atención. Estaban tirados en la alfombra, sus cabezas se tocaban y  sus manos se rozaban.

— ¿Sí?

— Mamá pregunta que cuando me invitaras a salir.

— ¿Seguro que lo pregunta tu madre? —contestó Mark con voz tranquila y una sonrisa.

— Quizá, pero solo quizá, la duda se originó en mi.

— Ah. Realmente esperaba que tú me lo pidieras, Lele. Ya sabes, tu sueles tomar la iniciativa.

— Vaya, no pensé en ello —ninguno habló por unos minutos, de fondo se escuchaba una vieja y cursi canción que Mark había escuchado a su madre tararear—. Mark hyung.

— ¿Si?

— ¿Quieres salir conmigo?

— Sí.