Él chico del pack (MarkHyuck)

Dudosos pasos

DongHyuck caminaba tambaleante,  deslizandose entre los cuerpos sudorosos de la gente. La música resonaba en sus oídos y, seguramente, durante su recorrido por la estancia había derramado más de la mitad de su bebida.

Su cuerpo cosquilleaba, en su mirada aparecían destellos de colores, una sonrisa se posaba sobre su rostro.

Al llegar al lugar, con un ligero retraso porque pararon en una tienda de 24 horas para comprar algo barato de comer, se encontraron con jóvenes idiotas y alcoholizados, una casa hecha un desastre y un ambiente contagioso.

Rápidamente se abrieron paso hasta llegar a la sala, en donde se sentaron en un largo sofá por varios minutos, tratando de conversar por sobre la música y planeando lo que pasaría el resto de la noche.

DongHyuck se aburrió y poco a poco se alejó de ellos hasta llegar a la barra improvisada. Ahí habían varias botellas abiertas, jugos, sodas y más bebidas de dudosa procedencia. Sabía que no era muy seguro tomar de ahí, pero mandó su seguridad al carajo y en un vaso desechable hizó una extraña mezcla.

Observó con diversión la pista de baile, en donde las personas bailaban sin la más mínima vergüenza y ni pensando en la horrible cruda que mañana llegaría para convertirlos en sus perras. Tomó un largo trago y se unió.

Chicas y chicos lo miraban, algunos con deseo y otros cuantos con diversión.

No quería problemas por lo que decidió que saltaría y reiría con los extraños sin la intención de ir más allá.

A lo lejos divisó a JaeMin y Lucas  en lo oscurito. Y a juzgar por la expresión del mayor, estaban haciendo algo más que charlar sobre el clima.

No había rastro de JaeNo y RenJun se dirigía hacia él, sosteniendo un vaso similar al suyo y con una delgada capa de sudor cubriendo su cuerpo por culpa del calor.

— ¿Dónde estábas, inútil? —preguntó el chino.

— Aquí —respondió antes de tomar su mano y comenzar a bailar. RenJun se resistió un poco, pero al final se dejó llevar. Meneando su cuerpo con el pegadizo ritmo.

DongHyuck reía. RenJun casi nunca actuaba tan relajado y rara vez accedía acompañarlo a algún club o fiesta.

Mientras movían las caderas con una canción que parecía ser latina, divisó una persona familiar. Negó varias veces con la cabeza, eliminando las ideas que se formaban en su mente. Definitivamente no podría tratarse de Mark.

Sin embargo, no pudo resistirse a buscarlo con la mirada. Sus ojos viajaron de un lugar a otro, analizando a cada chico pelinegro y con cejas de gaviota.

Su corazón se aceleró cuando lo ubicó. Mark Lee estaba ahí parado, al pié de la escalera que conducía al segundo piso.

Jadeó con fuerza.

RenJun arqueó una ceja al verlo con la boca abierta.

— ¿Qué pasa? —le dijo acercándose a su oído.

— Mira hacía allá —apuntó con su dedo índice. RenJun obedeció.

— Sí. Se les llaman escaleras y sirven para subir y bajar.

— No, RenRen, él chico.

— Haechan, ahí hay muchas personas —se quejó mirándolo mal.

— Él que tiene cara de idiota.

— Ah, ya lo ví. ¿Lo conoces?

— Sí, es Mark —dijo sin poder creerlo realmente.

Ante sus ojos estaba su amigo canadiense. Aquel con quien compartió cientos de pláticas estúpidas y profundas, sin un punto medio. Mark. Él extraño al que le había pasado su pack antes de siquiera conocerlo.  Él tonto por el que no sabía cómo se sentía.