Oreo

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A paso lento se fue acercando. Estaba dudoso y sentía sus manos temblar de los nervios.

Hoy se acercaría a JeNo después de la fiesta.

Lo observó morder su labio inferior, con los lentes negros resblandose ligeramente por el puente de su nariz y un pesado libro abierto estaba en su mano izquierda. Era una imagen sexy. Digna de fotografiar.

Llegó frente al mayor, quien levantó la mirada y le dedicó una sonrisa que llegó a sus ojos.

— Haechan, ¿Qué haces aquí? —dijo de manera amable.

— Quería hablar contigo.

— Claro —cerró el libro y se quitó los lentes para centrar su atención en DongHyuck. Él menor tragó saliva y suprimió sus deseos salvajes de saltar sobre él otro y no dejarlo ir nunca más.

— Es sobre la fiesta de hace unas semanas.

— ¿La fiesta de la facultad de leyes?

— Sí, dije unas cosas estúpidas.

— Casi te subiste sobre mí y me dijiste que me enviarías fotos calientes para seducirme —había un toque de diversión en sus palabras, la sangre subió a las mejillas de DongHyuck—. Creo que me convenciste porque te di mi número.

— Y yo anoté mal ese número.

— Bueno... Quizá fue lo mejor, porque sería algo incómodo si hubiera recibido esas fotografías ¿No crees?

DongHyuck conoció a JeNo a causa de JaeMin y de las chicas y chicos que susurraban por los pasillos sobre su genialidad, enamorados de él.

Él era popular gracias a su burbujeante forma de ser, todos le llamaban Haechan y lo invitaban a las grandes fiestas de las otras facultades. Por eso logró acercarse a JeNo, no porque el pelinegro fuera superficial, pero mucha gente lo rodeaba.

— Sí.

— Me alegra que nuestra amistad no se arruinara por un error de ebrios.

— A mi también, JeNo —ahora dilo sin llorar, pensó. Estaba hundiéndose el la maldita zona de amigos como una aguada oreo en un vaso de leche.

— Te volveré a pasar mi número.

Al menos algo había salido bien.

Él chico del pack (MarkHyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora