Una vida a tu lado

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Con apenas unas semanas de haber empezado a vivir juntas la confianza entre ambas se fortaleció, la idea de ser una pareja y vivir la experiencia como tal empezó a experimentarse entre sentimientos de pena que tuvieron que ir dejando atrás. Ejemplo de esto cuando Jessica le tuvo que pedir a Tiffany que la ayudara a cambiar y otro día que le pidió ayuda para bañar, que no es que le sea imposible hacerlo solo que había que aprovechar.

En aquella ocasión de ayuda para tomar la ducha, se dio entre nervios y vergüenza pues sería la primera vez que Tiffany la viese desnuda, y sucedió que la propia Tiffany se desnudó para estar a la par y compartir la ducha. Un primer momento intimido sin llegar a la relación sexual, que funciono para dejar la incomodidad atrás.

Tiffany se ha preparado para la llegada de los mellizos que ya tiene nombre, ha comprado muchas cosas entre las cuales hay ropa y accesorios, así como lo que Jessica necesitaría para el parto. Por supuesto exagero con las compras.

La maestra de matemáticas sigue en el mismo empleo en esa nueva ciudad que las ha acogido mucho mejor el pueblo en el que solían vivir, puede que aquí no todos las miren con buenos ojos pero por lo menos no hay chismes corriendo y no se conoce la vida del vecino como si fuese un familiar más.

Un lugar civilizado donde no peligran, a excepción de que la familia de James las encuentre, lo que esperan no suceda pronto. Y es que Jessica tiene que quedarse sola las mañanas, aunque le pasa el tiempo rápido ya que lo gasta en cocinar, cosa que Tiffany no le ha podido quitar, de hecho esta le llama varias veces por la mañana para estar pendiente de su seguridad.

—¿Jessi? —Es otro día normal, en el que llega después del trabajo, sin embargo que no sea recibida como suele suceder es de preocupar. —¡Sooyeonie! —Grita un poco fuerte, no es normal que Jessica no la reciba. Alarmada llega hasta la habitación que comparten.

Por suerte ve la puerta del baño abierta y cuando entra la encuentra en la tina, en un baño de espuma, la nota pensativa y no la saca de sus pensamientos para entrar en los propios.

Tiffany sonríe ante la imagen, Jessica le parece hermosa, perfecta, también la solo que no se ha dado la oportunidad de ir más allá, mientras tanto le basta con poder verla de esa manera, con abrazarla y besarla. Realmente está muy enamorada de ella.

En la aparente distracción de Jessica, la eye smile saca con cuidado su celular con la intención de obtener una foto.

—No me tomes una foto. —Sentencia la voz helada.

Tiffany da un saltito del susto, no esperaba que estuviera al tanto de su presencia. —Jessi. —Hace un puchero mientras se acerca, todavía con el celular en una de sus manos ya que en la otra lleva una bolsa grande con el logotipo de una tienda de ropa.

—No. —Se mantiene firme, la espuma le cubre hasta los huesos de los hombros.

—Tú si tienes mías. —Sin que se dé cuenta Jessica ha logrado sacarle fotos en varias oportunidades.

—Porque soy más lista. —Forma una sonrisa triunfal.

—Déjame una, no hay fotos tuyas embarazada, luego los mellizos van a pensar que no nacieron de ti.

—Aquí no salgo embarazada, salgo desnuda. Luego dejo que me tomes una.

—¿Lo prometes?

—No necesito hacerlo, nunca te engañaría. —Con ello derrite a Stephanie que le planta un beso en los labios.

—Traje lo que me pediste. —Enseña la bolsa que deja a un lado para sentarse al borde de la tina y estar lo más cerca posible a Jessica.

—Gracias. —Le había pedido ropa interior, aunque han hecho compras juntas, no se había animado a hablar de que necesitaba sujetadores de talla más grande a la que normalmente ha usado.

Can't Stop Fallin' in LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora