13: Drifting apart

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Alrededor del mediodía, el profesor Youngmin irrumpió en su oficina, trayendo a dos muchachos sujetos por los hombros.

—Director Kim, estos dos chicos se agarraron a golpes afuera de los baños y armaron un alboroto.

El mencionado se inclinó hacia adelante en su escritorio, expandiendo los ojos un tanto sorprendido, se fijó entonces en los estudiantes que no dejaban de lanzarse palabrotas y miradas de odio el uno al otro. De no ser porque el maestro de percusión los mantenía separados, seguramente se enfrascaban en una nueva pelea en su propia oficina.

—Yo no he hecho absolutamente nada Director, fue este salvaje que comenzó a atacarme. —Se defendió uno de ellos, el de cabello rosado y aspecto rellenito. Tenía el rostro muy ruborizado por el enojo, el uniforme desarreglado y aun así, para Jaehwan fue inevitable notar su linda cara.

Mientras tanto, el otro muchacho logró zafarse del agarre del profesor y no dudó en darle un empujón, haciendo que el chico de cabellos rosados se tambaleara unos instantes.  —¡¿A quién le dices salvaje, imbécil?!  —Habló el moreno, se encontraba agitado y de no ser por la intervención de Youngmin, habría golpeado nuevamente al chico.

—¡Yah! Park JiHoon, Park WooJin, deténganse en este mismo instante. —Los separó un poco más, colocándose en medio de ambos. Luego se dirigió hacia el director. —JiHoon está acusando a WooJin de robar el estuche donde guarda su instrumento.

—¡Eso no es cierto! —Alegó el aludido.

—¿A qué clases perteneces, JiHoon? —Preguntó JaeHwan, intentando avivar la calma entre los dos.

—Violín 2, señor.

—¿Y tú, WooJin?

—Percusión, con el profesor Youngmin.

JaeHwan los miró a ambos con cautela y se cruzó de brazos.

—¿Podría alguno explicarme, civilizadamente, qué fue lo que ocurrió?

El chico nombrado como JiHoon asintió y dio un paso hacia adelante.

—Hace un par de días perdí la caja donde guardo mi violín luego de una práctica en el salón principal. La busqué por todos lados y no la encontré hasta hoy, cuando saliendo de los baños vi a este mugroso sentado en una banca usándola y golpeándola como si fuera un tambor.

—¡Cuida tu boca, estúpido!  Estaba haciendo música.

—¿Música? ¿Qué puedes saber tú sobre eso?  —Lo miró con desdén y JaeHwan se sorprendió de la crueldad que emanó de sus palabras. El chico de cabellos rosas pareció no percatarse de ello y prosiguió —Bueno, en consecuencia, fui a pedirle que me devolviera mi estuche, tal vez no lo hice de la mejor manera, pero yo le aseguro señor Director que él empezó a buscar pelea, dijo que yo no era más que un niño rico que podía conseguir todo fácilmente y que por qué no me compraba otro.

—Sólo tenías que haberme pedido de vuelta tu estúpida caja, pero me empujaste y me la quitaste de las manos, acusándome de inmediato de haberla robado, ¡Ni siquiera me conoces!  Sólo la encontré tirada por ahí y quise usarla para practicar percusión porque tenía buena resonancia, eso es todo, iba a devolverla si alguien la reclamaba.

—No me interesa en lo más mínimo y no tengo ninguna intención de conocerte ni mezclarme contigo. —Escupió JiHoon, con la mandíbula tensa —Ni siquiera estarías aquí de no ser por la beca que te dio el director Yoon, ¿No es así? Se nota a kilómetros. Las personas como tú manchan la imagen elegante de esta Academia. Discúlpame por confundirte con un delincuente.

Para WooJin eso fue una ofensa que no pudo sólo dejar pasar. Con una fuerza sorprendente para su edad, consiguió librarse del profesor y le propinó al estudiante un acertado puñetazo en la nariz, JaeHwan vio todo en cámara lenta, demasiado aturdido como para procesarlo o alcanzar a detenerlo.

—¡BASTA! —Reaccionó por fin y alzó la voz, viendo como Youngmin intentaba detenerlos una vez más. —Están castigados los dos.  Tú —Miró a Jihoon, que se estaba sobando la nariz con una evidente mueca de dolor —Si perdiste algo debiste avisar a los profesores o a mí, no puedes ir por la vida acusando a la gente sin saber nada, mucho menos tratarlos de ladrones. Y tú —Se giró a WooJin —En el momento que en encontraste esa caja debiste venir a dejarla a mi oficina, ¿Por qué te la quedaste?  —Se llevó ambas manos a su sien y deslizó sus dedos en círculos, pensando en cómo ser un director justo y estricto, como esperaría que fuera Jisung. —No deben resolver las cosas mediante golpes, les recuerdo que esto también se considera como un colegio y hay normas que deben respetar. —Les dedicó una severa mirada — Ambas partes actuaron mal y el reglamento dice que deben ser castigados. ¿Ya tienes de vuelta tu caja, JiHoon? Pues bien, puedes marcharte a casa, están suspendidos por el resto de la semana, los dos. 

—¡¿Quéeee?! —Se exasperó JiHoon —No puede hacer esto ¡Yo no hice nada! Es estúpido que me castigue a mí, soy la víctima.

WooJin sólo rió con ironía y sin decir nada, aceptó con humildad el castigo haciendo una pequeña reverencia, antes de retirarse del lugar. El otro estudiante, por el contrario, se negó a aceptar la condena.

—Si mi papá se entera de lo que ha pasado, usted la pasará muy mal.

—¿Estás amenazándome? —JaeHwan enarcó una ceja, repentinamente enfadado por la desagradable actitud del alumno.

—Hey, hey, basta JiHoon, ve por tus cosas ahora mismo, yo iré a avisarle a Donghyun que vas a retirarte de su clase. —Youngmin lo tomó por los hombros y lo guió hasta la puerta, disculpándose con el Director con ojos compasivos y una ligera sonrisa. JaeHwan lo vio salir y soltó el aire retenido en sus pulmones, intentando asimilar todo aquello.

"¡Qué difíciles son los adolescentes hoy en día!"

Pensó, echándose hacia atrás en su cómoda silla de cuero. Se hallaba tenso y de pronto sintió que le dolía la parte posterior del cuello.

"Necesito un masaje..."

Tomó su teléfono celular y revisó los mensajes, sintiéndose extrañado de pronto porque su novio seguía sin responderle los buenos días de esa mañana. En la pantalla aparecía que estuvo en línea hace veinte minutos, pero quizá algo andaba haciendo que no era capaz de contestarle, así que prefirió llamar.

Marcó el número hasta que la grabadora le mandó al buzón de voz y luego de un segundo y tercer intento, se dio por vencido, suspiró.

Daniel llevaba un par de días comportándose extraño, un poco distante, el castaño lo notó pero optó por no presionar porque imaginaba que su novio aún tenía los rezagos de la gripe y tal vez no quería contagiarlo o algo así. Trataba con todas sus fuerzas no volverse paranoico.

Pero no podía evitar sentirse solitario.

En su chat no había más personas con las que hablara aparte de él y Seongwu, fue entonces que se dio cuenta, no sin un deje de amargura, que todo su mundo giraba en torno a la banda y que ni siquiera tenía más amigos a los que pudiera saludar por mensajes.

Él era un hombre por completo dedicado a sus quehaceres, su hogar, su novio y ahora su trabajo y cuando una de esas cosas comenzaba a escaparse de sus manos, se sentía como estar reteniendo una soga que inevitablemente se llegaría a cortar.

Últimamente veía que con Daniel era así, ¿Podría ser que se estuviese cortando su hilo?

"No, por supuesto que no, todo está bien entre nosotros".

Sacudió la cabeza, intentando alejar esos pensamientos. El sólo hecho de pensar en ello le llenaba de temor, pero no podía dejar de sentirse preocupado, su novio siempre respondía sus mensajes, no importaba la hora ni el lugar.

No lo sabía en ese minuto mismo, pero una angustia comenzó a echar raíces en su pecho, creciendo de forma lenta y sinuosa, para envolver su corazón en un pavor irrefrenable.

Esa sensación de perder a quien más amaba producto del distanciamiento.

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Perfect Melody ➳ MinHwan | Wanna OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora