Perfect Melody ➳ MinHwan | Wanna One

16: Love hurts

           

Esa noche, JaeHwan preparó la cena y comió junto a Daniel en medio de un silencio abrumador.

—¿Cómo estuvo el trabajo? —Preguntó de repente, buscando entablar una conversación.

—Bien —Contestó el rubio, terminándose el plato. El menor frunció el ceño y lo vio levantarse, lavar la loza que acababa de ocupar y luego ir a recostarse al sofá, sin entrar en mayores detalles sobre lo que le estaban preguntando.

Daniel trabajaba como vendedor en una tienda de calzado. Un empleo bastante cómodo, considerando sus horarios y turnos, era bueno en lo que hacía, la tienda se encargaba de contratar vendedores de buena apariencia física con el fin de atraer más al público femenino.

Daniel vendía mucho y recibía un buen sueldo gracias a las comisiones. Solía llegar contento a casa, parloteando sobre las clientas que coqueteaban con él y la pareja reía burlonamente porque ellas nunca se imaginarían que Daniel no gustaba de las chicas.

No obstante, esa noche en particular, el mayor notó que estaba particularmente callado.

Y siendo todo lo contrario, JaeHwan tenía ganas de hablar mucho.

Contarle sobre la reunión con la directiva, mencionarle qué almorzó, cómo fue su jornada en la academia, qué tenía que hacer al día siguiente, anunciarle sus próximos proyectos y hablarle sobre su nuevo amigo el profesor Hwang. 

Pero el menor estaba ausente, con la mente en otra parte.

JaeHwan dejó su plato también y se puso de pie, en dirección al sofá, echándose encima de Daniel con cuidado.

—¿Qué ocurre, amor? Te siento distante  —Se apoyó sobre su pecho y acarició sus pectorales con una de sus palmas. Por instinto, Daniel le recibió entre sus brazos, envolviéndolo como un oso, estaba consciente de que estaba siendo demasiado obvio, pero no podía evitarlo. Su mente se había quedado en la cafetería esa mañana, junto con Seongwu y sus recias palabras.

—Nada, sólo... es estrés  —Musitó en voz baja, torturándose a sí mismo con la vista de los ojitos tiernos e interrogantes de JaeHwan.

—Mmh... Puedo ayudarte a quitar ese estrés —El castaño sonrió sagaz de pronto y sin previo aviso, comenzó a desabotonar su camisa.

—No creo que... —El vocalista se apoderó de su cuello, llenándolo de cortos besos. Antes de que pudiera darse cuenta, JaeHwan se había puesto a horcajadas sobre él, apoyando sus piernas a cada lado dentro de lo que el reducido espacio del sofá le permitía.

—Vas a sentirte mejor, yo también lo necesito —Susurró en su oreja, lamiendo y mordisqueando el lóbulo, repartiendo besos que fueron desplazándose hacia su mandíbula, sus comisuras y finalmente sus labios.

Y como si no tuviese control de sí mismo, Daniel lo besó.

Tomó su rostro con ambas manos y lo acercó un poco más, el húmedo contacto se volvió más candente cuando sus lenguas se encontraron y juguetearon con la otra, explorando, chupando, mezclando sus esencias que ya se conocían con anterioridad, pero que en cada encuentro, parecía como si se descubrieran por primera vez.

JaeHwan se apartó un segundo y suspiró sobre sus labios, alzó un poco sus caderas para que el menor lo tomase, entonces Daniel rodeó su cintura con firmeza y lo sentó en su regazo, devorando mutuamente sus bocas mientras la erección comenzaba a crecer bajo sus pantalones.

"Eres un cobarde, Daniel ¿Por qué no puedes ser un poco más valiente?"

El rubio intentó bloquear esa voz carcomiéndole la conciencia. Cerró los ojos con fuerza y metió sus manos bajo la camisa del mayor, mientras éste se deshacía de los botones de la suya, dejando su abdomen al descubierto.