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«Arabella.»

—Un Muffin de Vainilla y chispas de chocolate Por favor.—Le pedí con una sonrisa a la mujer que atendía en la cafetería.

—claro jovencita, ¿vienes a ver a alguien?.—Preguntó amablemente.

—en realidad, soy la encargada de alguien.—Me miro sorprendida, yo le saqué un trocito al Muffin y lo introduje en mi boca.

—¡pero si te ves de unos catorce años!.—

—Tengo quince, ya se que soy joven pero que mi padre sea el alcalde tiene ventajas.—Sonreí y ella río.

—¿Es tu novio?—Reí negando.

—No, es mi mejor amigo, lo conozco desde que tengo siete años.—Eche otro trozo del dulce a mi boca y preferí sentarme en uno de los bancos que estaban cerca para seguir charlando con la señora.

—Oh, ¿y la familia del chico?—

—Viven lejos, En una granja exactamente, no hay internet y con suerte señal.—Me encogí de hombros.—Vino aquí con un amigo de su familia, pero el tipo se la pasa en el trabajo.—

—Entiendo, entiendo...¿ya les avisaron?—Negué masticando.

—Sería solo para preocuparlos, dudo mucho que puedan venir, enserio. La granja donde viven está cruzando un lago, tienen que esperar el pequeño bote que lo cruza, solo pasa una vez por semana, luego, esperar un autobús y llegar al pueblo más cercano que está a unas tres o cuatro horas, desde allí tomar otro autobús para llegar a Devil Town y después otro más para llegar hasta aquí. Y cabe mencionar que como es época de lluvias y nieve hay veces que el bus o el bote no pasan.—Ahora tome un sorbo de mi té, la mujer me miraba realmente sorprendida y no era para menos.

—Ya veo, pobre chico.—Murmuro afligida.

—Robbie es un chico fuerte.—Sonreí y pague mi comida.

—debe serlo, las experiencias te hacen fuerte, y viviendo en un lugar así debe de tener muchas.—Me dio el cambio y me levante.

—Adiós señora.—

—Nos vemos, Linda.—

Y dimos por terminada la conversación, de inmediato fui a ver a Robbie, tengo entendido que el médico iba a verlo durante la tarde.

Cuando llegue al pasillo Mike seguía alli, apoyado en el marco de la puerta.

—¿Porque sigues aquí Mike?—Pregunte, el solo me miro.

—No quería dejarte sola, El doctor esta con Rob—Asentí y me paré a su lado, suspiré.

—Soy un fracaso, Dije que lo cuidaría y mira, está hospitalizado porque lo arrolló un carro.—Solte una risa ironica y Lentamente me deslice hasta llegar al suelo, abracé mis piernas y ahogué un sollozo.

Enserio que mi madre tiene razón, no sirvo para nada.

—Hey...—Se agachó a mi lado y levantó mi cabeza.—No digas eso, eres increíble y Robin lo sabe, no fue tu culpa que lo arrollaran.—

—Pude haberlo cuidado mejor, pude-.—Me interrumpió antes de que siguiera.

—No puedes tratar a Robin como un bebé, no lo es. El es lo suficientemente grande como para cuidarse el solo.—Yo asentí mientras un par de lagrimas corrían por mis mejillas, él se encargó de limpiarlas y me ayudó a levantarme.

En cuando me levante una de las enfermeras llego y me dijo que el doctor quería hablar conmigo.

—¿El puede acompañarme?.—Ella asintió y ambos fuimos a la dichosa oficina, no sin antes saludar a la amable secretaria.

En cuanto entramos el doctor nos hizo sentarnos.

—Les tengo noticias.—

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