Epílogo

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《Arabella.》

—Amor, ¡suéltame!.—Reí mientras Malcom me hacía cosquillas, ambos nos dejamos caer en la cama de nuestro cuarto, oh diablos, ¡eso suena muy bien!.

En cuanto terminamos la escuela no dudamos en compartir un piso juntos, aún nos quedan años de carrera universitaria y no podríamos estar separados.

Hasta ahora nuestra vida va bien, cumplimos tres años la semana antepasada y esperamos durar muchísimos más.

—Bebé, tengo que ir al entrenamiento con los chicos, ¿no te molesta quedarte sola un rato?—Negué besando sus labios.

—Claro que no mi vida, pensaba arreglar unos asuntos ahora, Ve con los chicos.—Malcom asintió y fue por sus cosas para su entrenamiento del equipo de básquet.

Por mi parte, busque entre los cajones del closet mi viejo vestido amarillo limon.

Ese que Robin me había regalado para mi cumpleaños.

Hablando de él, cumplió su promesa.

Todos los días, a las ocho treinta de la noche una brisa pasar por entre mis brazos aunque todas las ventanas estén cerradas, claramente viene a visitarme.

Me puse el vestido y unas zapatillas color blanco.

—Bien hermosa, te ves radiante.—Malcom acaricio mi mejilla y me besó—Voy, vuelvo pronto.—Asentí y salió de la habitación.

En cuanto sentí como arranco su moto salí del edificio rápidamente.

Camine un par de cuadras hasta llegar a la parada de autobuses de la ciudad.

Mi cara fue un poema al reconocer esa cabellera pelirroja.

—Disculpa, ¿Alice?.—La chica volteó y me miró sorprendida.

—¿Bella?, ¡En serio eres tú!.—La pequeña me abrazo y algo aturdida correspondí, esto es una locura.

—¿qué haces aquí linda?, y sola...—

—Vine a ver a Rob, desde el funeral no puedo venir.—Asentí comprendiendo.

—Justamente voy para allá, ¿vamos?.—

—¡Claro!, que coincidencia.—Reímos y nos fuimos hacia la parada del autobús que necesitábamos.

Todo el camino nos dedicamos a ponernos al día sobre nosotras, me contó que tiene un novio de Devil Town y que llegará mañana.

Le conté sobre Malcom, y seguimos charlando de otras tonterías.

[...]

Cuando llegamos, caminamos lentamente hasta la tumba de Robin.

En ella estaban algunas de sus cosas favoritas, su guitarra, unos libros y claramente su fotografía.

—Voy a limpiar esto Bella.—Dijo Alice tomando uno de los floreros—Vuelvo en un rato.—Río y se dirigió hasta las mangueras.

Suspire sentándome en la tumba.

—Sabes, me alegra que cumplieras tu promesa Rob.—Sonreí sintiendo como las lagrimas comenzaban a acumularse en mis ojos—después de todo...Tu fuiste mi hogar mucho tiempo.

_________Fin.__________

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