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《Arabella.》

—Robin...—solté incrédula.

—¿Mm, dijiste algo Belly?.—Asentí a la pregunta de Malcom mientras me aferraba a la manga de su sudadera.

Esta mierda no puede estar pasando.

Malcom al notar mi actitud miro en la dirección en la que se encontraba El.

—Oh...¿los conoces?.—

—E-El es Robin Malcom...—Abrió sus ojos como platos y abrió la boca incrédulo.

—Pero-Pero el estaba en el hospital.—Me encogí de hombros y mi cuerpo se congeló cuando Jack y Robin comenzaron a caminar hacia nosotros.

—Hola Bell.—Saludó Jack notablemente incómodo.

—¿Podemos ayudarlos en algo?.—Pregunto Malcom para alivianar la situación.

—Eh, Claro. Llevaremos esto.—Puso algunas cosas en la caja y Malcom fue a hacerse cargo de ello.

Por mi parte, me dirigí rápidamente hasta las oficinas de atrás escapando de la situación pero una mano me detuvo.

—Bell, ¿Podemos hablar?.—Trague saliva al escuchar la voz de Robin.

Voltee y mire a Malcom suplicante.

—Bien, aquí está su cambio.—Interrumpió entregándole el dinero a Jack.

—Gracias, ¿Vamonos Rob?.—

—Quiero hablar con Bella, ve a tu casa Jack.—Soltó con una especie de mueca semejante a una sonrisa.

—Yo no quiero hablar contigo Robin.—Me solté de su agarre, frunció el ceño mirándome.

—Robin, Vámonos—El ambiente era tenso, Robin ignoró olímpicamente a Jack y volvió a tomarme ahora por la muñeca y mucho más fuerte.

—¿No puedes dejar esa actitud infantil Arabella?, Quiero explicarte cómo fueron las cosas.—Mi muñeca dolía, Malcom lo noto y empujó a Robin.

—No te atrevas a tocarla, imbecil.—me puso detrás de él y Jack tomo a Robin por los hombros.

—¿Y tú que mierda te metes?.—Soltó furioso, esto no va a terminar nada bien.

—¡Basta!.—Solté enojada y me acerque amenazante al pelirrojo.—Vete de aquí,¡Ahora imbecil!. No quiero volver a verte en mi vida, ¿escuchaste?, ¡No se como pude estar enamorada de alguien como tú!.—Su seño se relajó y salió corriendo de la tienda con Jack detrás de el.

—Ven aquí, linda.—Malcom me estrechó en sus brazos y deje mis lagrimas salir.

Una mezcla de tristeza, enojo y decepción.

Pero definitivamente, hacer esto fue lo mejor.

No quiero volver a ver Robin jamás.

—Ya son las doce, Vamos a terminar todo para la noche.—Le dije a Malcom y el asintió besando mi mejilla.

—Ve a ponerte tu abrigo y nos vamos a casa.—Ahora fui yo quien asentí y fui a las oficinas por mi chaqueta.

Cuando estuve lista salí y vi una hoja en el piso, que extraño... vinieron a limpiar ayer.

La tome y vi su contenido.

"A menudo estoy molesto
De que no puedo enamorarme
Pero supongo
Que esto evita el estrés que me rompan el corazón

¿Estas cansada de mi?
Estoy un poco molesto justo ahora
Pero juro

Cuando esté listo nos llevaré lejos de aquí

Cortaré mi cabello
Para hacerte mirar
Esconderé mi pecho
Y pensaré en una forma de sacarnos de aquí

Apaga cara de porcelana
No puedo pensar bien en este lugar
Hay demasiados colores
Suficientes para llevarnos a la locura

¿Estás muerto?
A veces pienso que estoy muerto
Porque puedo sentir fantasmas y demonios envolviendo mi cabeza
Pero no quiero dormir por el momento

Mis ojos se obscurecieron
No dónde
Están mis pupilas
Pero pensaré en una forma de sacarnos de aquí

Obten algo de este monstruo
El no sabe cómo comunicarse
Su mente está en un diferente lugar
Podrían todos porfavor darle un poco de espacio

Obten algo de este tren de guerra
Su cabello es un desastre y él aún no sabe quien es
Pero poco sabemos que las estrellas lo reciben con los brazos abiertos

Oh

El tiempo es
Lento
Rastreo su cara
Pero extrañamente él se siente como en casa en este lugar"

Solo conozco a una persona quien podría escribir algo así.

Negué y amuñe la hoja tirándola a la cesta de basura.

Volví con Malcom y el cerro el lugar para irnos a su casa.

—Sabes, pensé que ese tal Robin no sería capaz de hacerte daño por cómo lo describías, pero ya hirió tu corazón bastante y dejó roja tu muñeca.—Tomo esta y la acaricio, el tiene razón, yo también pensaba eso.

—Así es la vida, hay personas que te decepcionan.—Me encogi de hombros y el asintió.

—Espero no decepcionarte Belly.—Paró en seco y acaricio mis mejillas dándoles un poco de calor.

—No podrías hacerlo Malcom.—Miro mis labios, yo pase mis manos a su cuello y me besó.

Oh diablos, esto es Perfecto.

Sentí como las explosiones se formaban en mi estómago y como si el tiempo hubiera parado para nosotros dos.

Sus labios iban lento, encajaban a la perfección con los míos y, diablos, es Perfecto.

Creo que es el mejor primer beso que pude haber deseado.

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