《Narrador omnisciente.》
El pelirrojo suspiró, amargado.
Ya eran tres días en los que Arabella no acudía a visitarlo, y él realmente tenía los pelos de punta por eso.
Se mortifico cada Segundo el haberle contado su pasado gusto por la rizada, el realmente no había pensado en que podía ocurrir algo así.
—Robin, vinieron a visitarlo—Entró sonriente una de las enfermeras, la miró ilusionado y asintió.
Tal vez es ella, pensó.
Su expresión fue decayendo al ver a una peli verde entrar a su habitación.
—Robbie...—Dijo la chica, el contrario seguía sin quitar una expresión confusa de su rostro.
—¿Quien eres?—Pregunto, ella lo miro confundida un Segundo pero luego rio.
—Soy Mill's, Rob, cambiando mi aspecto es de la única forma en la que me dejarían pasar—Se acercó a él, en verdad el cambio fue grande, pasó de cabello rubio, rizado y largo a tenerlo verde, liso y por sobre los hombros, también se maquilló más de la cuenta y dejó sus sudaderas por un atuendo un poco más colorido.
—Wow...realmente no pareces tú—
—ya lo sé Rob, pero no estoy aquí para que vieras mi nuevo aspecto, necesito hablar contigo—el tono que uso fue serio, algo poco común en ella. Robin asintió y ella se dispuso a hablar.
《Arabella.》
—¡Malcom, estás loco!—Grite riendo mientras mi nuevo amigo se trepaba a un árbol en el parque.
—Vamos, ¡Sube!, no ocurrirá nada. Lo juro.—Hizo un pequeño puchero, maldito manipulador.
—Mierda, está bien, ¡Si caigo será tu culpa!—El asintió sonriendo y me extendió su mano para ayudarme a subir.
La tome y con un poco de impulso ambos terminamos sentados en una de las ramas más fuertes del árbol.
—La vista del parque es linda desde este ángulo...—Sonreí asintiendo, tenía razón, no era muy tarde y aún habían niños jugando por ahí.
El momento es totalmente tranquilo, y nuestras manos aún siguen sin soltarse, me sonroje levemente al darme cuenta de ello, el sonrió al notarlo y entrelazo nuestros dedos.
—Me agradas Bell—
—Y tú a mi Malcom—
¿Por qué esto se siente tan bien?.