-Juguemos un juego: El que se enamora pierde. Pues, pierdes si te olvidas que es un juego y empiezas a amar de verdad.
-Creó que éste será el primer juego que perderás.
♡♡♡
▷ Historia totalmente mía.
▷ No copias, ni repr...
– Hoy voy a casa con Hyunsuk, dijo que tenemos que hacer muchas cosas para la fiesta. – Le expliqué a Jihoon quien bebía una soda.
– ¿Entonces irás? – Me preguntó emocionado y asenti.
– Ya vine por ésta preciosura, ahí nos vemos Jihoon. – Dijo Hyunsuk y nos despedimos con la mano. – Primero iremos a una boutique para buscarte un vestido, yo ya me las arregló con lo que encuentre en mi armario y quizá nos vayamos a Narnia un rato.
Reí por su ocurrencia, era muy gracioso.
– ¿Tengo que ir con vestido necesariamente? – Pregunté desganada.
El me dio un golpe en el hombro, estábamos acostumbrados a tratarnos como hermanos.
– A ver guapa, tú tranquila, yo nervioso; deja que te explique. – Contestó sobando sus manos. – Jihoon te conoce tal y como la palma de su mano, él sabe o deduce que tu no irás con vestido porque no te agradan esas weas pero tú irás tan preciosa y deslumbrante que lo vas a impresionar, entonces se le caerá la baba.
Mis mejillas se sonrojaron levemente e hice ademán de ahorcarlo.
– ¿Ya te dije que te adoro Hyunsuk? – Cuestioné dándole besitos en la mejilla, entonces ingresamos a la boutique.
Quedé sorprendida cuando él hablo con la señorita que atendía en el mostrador sobre el costo, tela, si tenía pliegues o escotes, el diseño; era todo un experto.
Diez minutos después salí del vestidor cargando una pena enorme, mi vestido era blanco y era escotado además llevaba unos tacos plateados.
– ¡Daebak! – Exclamó aplaudiendo. – Me siento tan orgulloso de mi creación, wah eres muy hermosa.
– Está carne ya tiene dueño. – Respondí tocando mi muslo y estallamos en risas.
La tarde se pasó volando y cuando menos me lo esperé ingresé a casa de Mashiho, la fiesta no se limitaba a un piso sino era hasta en los tres pisos de tan enorme casa.
Apenas vi a Jun Kyu traté de correr hacia él, digo traté porque con tacos parecía ebria caminando así.
– Feliz cumpleaños bebé. – Felicité dándole un enorme abrazo y el reparó en mi escote.
– Lo que te haría si fuera heterosexual. – Contestó mientras le daba un beso en los labios a Mashiho. – Gracias linda.
Mashiho se acercó a mí y nos fundimos en un abrazo, éramos grandes amigos.
– ____ no quiero parecer grosero pero creo que no deberías de estar aquí. – Me dijo con una expresión preocupada y yo me confundí.
– ¿Viste a Jihoon? – Pregunté y el miro al piso. – Anda dime... Me estás asustando.
– E-en el segundo piso. – Respondió abrazándose a Jun Kyu y me dedicaron una mirada llena de tristeza.
Caminé hacia el segundo piso, algo estaba pasando y no parecía ser nada bueno.
– ¿____? – Preguntó Doyoung sin reconocerme, cuando giré se quedó boquiabierto. – Estás preciosa hermanita. ¿A dónde vas?
– Al segundo piso. – Dije dubitativa sin detenerme, y él me siguió.
Las luces me dejaban mareada y apestaba a alcohol, me abrí paso entre la gente y cuando iba a volver al primer piso, la puerta del servicio higiénico se abrió, dejándome ver a mi novio con una rubia totalmente despeinada que se ajustaba la falda.
Sentí una opresión en mi pecho y una lágrima se deslizó por mi mejilla.
– ¡____! – Gritó él cuando me giré.
Antes de salir vi a Mashiho en la entrada.
– Y tú, tú ni amigo mereces llamarte. – Contesté dolida y aunque intentó acercarse a mí, salí fuera.
Doyoung vinó al instante y me abrazó.
– Ese idiota, esto no se queda así. – Respondió queriendo volver dentro pero sostuve su mano.
– Por favor no. – Pedí sintiéndome débil y como si todo se derrumbará.
Llamé un taxi y Jihoon salió tras de mí.
Me quité los tacones y se los lancé.
– Eres un estúpido, pero soy más estúpida por creerte diferente. – Contesté tratando de retener mis lágrimas. – Hyunsuk no tenía razón, no merezco un estúpido chico que me acompañé en la fiesta.
Subí al taxi y Doyoung fue a por mis tacones.
– No seas como Cenicienta o el príncipe va a buscarte. – Respondió sonriendo mientras me rodeaba con sus brazos y el taxi echaba a andar.
¿Por qué me sentía así? ¿Por qué dolía tanto? No, no pude haber perdido, sólo, sólo ha sido una falsa alarma.
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