XXIX

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Sandra

Ya habíamos vuelto a Madrid, yo seguía con la promoción de Las Hijas del Agua. En menos de tres meses saldría publicado y ahora empezaba la época de entrevistas de todo tipo,en la televisión, en la radio. 

Los de la editorial estaban muy contentos con la novela, había sido una novela dura, que me había costado mucho escribir pero me sentía muy orgullosa, sin duda era mi mejor novela hasta la fecha. 

Quedaba un mes para el cumpleaños de Nagore, tenía que ir pensando en regalos ya, aunque tenía pensado un viaje a algún sitio para que hiciera surf, quería sorprenderla.

Nagore

Hoy después de grabar MYHYV había quedado a comer con mi amiga Ana, que me dijo que me quería contar algo. No me gustaban que me dejarán con la intriga. 

Ana era una amiga que había conocido en un centro de estética, ella me recomendaba los mejores cuidados para mi piel y sesión tras sesión nuestra amistad creció y nos hicimos inseparables. Ella me lo contaba todo a mi y yo a ella, me había ayudado mucho en muchos momentos de mi vida. Le debía mucho. Ella lo había pasado mal en el pasado por una enfermedad pero ya lo había superado. 

Ana: ¡Hola guapisima!

Nagore: ¡Hola amiga! 

Nos saludamos con dos besos y entramos al restaurante. Yo no podía aguantar más sin saber lo que me quería contar.

Nagore: ¿Qué es eso que me quieres contar?

Ana: A ver Nago... Tu sabes que hace unos años tuve cáncer y que me hacen controles periódicos cada año...

Nagore: Sí... (me cambió la cara). ¿Ha pasado algo? (Sabía que algo había pasado en el mismo momento que hice la pregunta)

Ana: Me han dicho los médicos que se ha reproducido, pero esta vez en el pulmón, me tendrán que operar y me tendrán que hacer quimio, otra vez... (Ella estaba llorando)

Yo la abracé y lloramos juntas. No podía ser, otra vez a ella.

Nagore: Yo estoy aquí para todo, lo sabes. Este maldito bicho no va a poder contigo, eres fuerte. Lucharemos juntas, de la mano, no nos va a vencer. 

Ana: Tengo miedo...

Nagore: No te preocupes, que no dejaré que te caigas, estaré aquí para todo, para reír, para llorar, para gritar... Para todo lo que necesites.

Ana: Te quiero tanto... Gracias...

Nagore: ¿Gracias de qué? Será que tu no has hecho cosas por mi... Eres mi amiga y te adoro, así que nada de gracias.

Acabamos de comer y me fui para casa, la verdad es que yo también tenía miedo, mucho. Sabía lo que había sufrido en el pasado y no quería que volviese a pasar por lo mismo. Ahora me tenía a mi. 

Entré en casa y enseguida vino a saludarme James, quería mimos. Fui a ver a Sandra, necesitaba un abrazo suyo. 

Sandra

Yo estaba en el despacho, inmersa en mi escritura, no escuché ni la puerta de la casa abrirse. Vi que apareció por la puerta de la habitación, tenía mala cara. 

Sandra: Hola cariño. ¿Estás bien?

Nagore: Bueno... La verdad es que no...

Sandra: ¿Qué te pasa?

Me estuvo contando todo lo que le había explicado su amiga. No podía verla así, la abracé y se derrumbó, lloro desconsoladamente. Yo iba a estar aquí para ella, para todo. Nunca la había visto así, tan hundida. 

Esa tarde iba como alma en pena por la casa, casi ni cenó y se fue pronto a la cama. 



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Sé que es un capítulo corto, pero os prometo que el siguiente os ENCANTARÁ.

¿Os ha gustado?

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Mi refugio eres tú #SangoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora