Mi refugio eres tú #Sangore

XLIII

Nagore

Tras unos días en Madrid donde estuve grabando el programa de Ven A Cenar Conmigo Gourmet Edition, nos volvíamos a irnos de vacaciones, esta vez a Portugal, más concretamente a Sesimbra.

Íbamos a estar una semana donde haríamos senderismo por la zona, también haríamos deportes de agua, pero sobretodo eran una vacaciones para relajarnos y dedicarnos la una a la otra.

Nuestro hotel se llamaba Senhora do Cabo, un paraíso rodeado de vegetación, con una decoración exquisita y una paz ideal para desconectar. Nuestra habitación, que era la suite, tenía una terraza con una piscina para nosotras. 

Nada más llegar, estuvimos deshaciendo las maletas con Nash revoloteando por ahí. 

Nagore: Esto es una pasada. ¡La habitación es súper bonita!

Sandra: La verdad es que sí, pero lo más bonito que hay aquí eres tú.

La mire con una sonrisa en la cara y me acerqué a ella. Le puse mis manos en sus caderas y la besé. Poco a poco el beso fue subiendo en intensidad. Mis manos se colaron por dentro de su camiseta y empecé a acariciar su espalda. 

Ella tenía sus manos en mi nuca para ir profundizando más el beso. Con ayuda de mis manos le quité la camiseta y empecé a acariciar sus pechos. Sin despegar nuestras bocas nos fuimos acercando a la cama hasta que nos tumbamos, yo encima de ella para seguir con los besos pero esta vez por el cuello.

Fui bajando por sus pechos, le quité el sujetador y los empecé a lamer y besar. Fui bajando por su tripa hasta el limite del pantalón. Volví a subir hacia su boca. Sandra me quitó la camiseta y el sujetador y me giró, para ponerse ahora ella encima mio. 

Me acarició la tripa y los pechos mientras su boca se perdía en mi cuello.  Mis manos estaban en su culo, le desabroché el pantalón y me colé en su ropa interior. Le quité el pantalón con su ayuda, metí mi mano en su zona íntima, comprobando que estaba húmeda.

Ella también me quitó el pantalón y la poca ropa interior que me quedaba, así que estaba completamente desnuda. Sandra empezó a bajar, de mi cuello paso a mis pechos mientras que con sus manos acariciaba mis muslos. Dejando un reguero de besos llegó a mi sexo, me sopló y de mi boca salio un pequeño gemido. 

Sandra me llevaba a otra galaxia cuando me hacía el amor. Además de estimularme con la boca introdujo un par de dedos dentro de mi, cosa que hizo que mi cuerpo expulsara todo el aire y gimiera cada vez con más fuerza a causa de sus sacudidas. Hasta que llegué al orgasmo.

Sandra: Bonita manera de estrenar la habitación ¿no crees?

Nagore: Jajaja es la mejor manera. Aunque ahora la vas a estrenar tú.

Sandra

Nagore me dejó exhausta tras hacerme el amor, mi cuerpo todavía temblaba del placer. Nos dimos una ducha rápida y salimos con Nash a dar una vuelta por los alrededores. Nos paramos a comer en un restaurante que tenía una terraza, donde pudimos desgustar los platos más típicos de la zona. Por la tarde volvimos al hotel para coger las cosas para irnos a la playa a tomar el sol y descansar. 

En la playa ví que había un puesto para hacer surf y también tenían canoas para salir a navegar. 

Sandra: ¡Mira lo que hay ahí Nago!

Nagore: ¿Dónde?

 Le señalé el puesto, donde había muchas tablas colocadas de diferentes colores.

Nagore: ¡Qué bien! ¿Quieres que hagamos surf? 

Sandra: Me gustaría alquilar una canoa de esas, pero podemos hacer las dos cosas.

Nagore: Vale, voy a preguntar.

La vi alejarse contoneando su cuerpo. La verdad es que con solo verla en bikini mi cuerpo se encendía. Esa fogosidad solo me había pasado con ella, ni con mis anteriores parejas. A los pocos minutos, la vi venir ya hacía mi, venía con una sonrisa de oreja a oreja.

Se plantó delante mía y me plantó un gran beso.

Nagore: Es que ya te echaba de menos.

Sandra: No me hagas esto, porque entre que estas en bikini y este beso, no sé como me puedo contener...

Nagore: Ahora te das un bañito y ya está.

Se sentó a mi lado y me estuvo explicando todo lo que ofrecían en el puesto de surf. Así que mañana haríamos una pequeña salida en canoa y el siguiente día que viniésemos a la playa, haríamos surf.

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