Entrevista

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¿De qué trata su libro Autobiografías para otros. Poéticas a posteriori? 

Es una reflexión sobre los libros que escribí; por lo tanto, sobre mi trayectoria personal, que es tiempo. Pero también sobre mi tiempo interior, pues cada libro es una manera de vivir un tiempo interior. 

¿Y habla del tiempo en general? 

Sí, y de cómo lo viví en la literatura, pues, la verdad, no sé si yo atravesé el tiempo o si el tiempo me atravesó a mí. Ya veremos. El libro trata de ese tipo de reflexiones, todas vaciadas en la literatura. 

¿Y en qué parte se tocan el tiempo interno del escritor y el tiempo de Antonio Tabucchi? 

Ese también es un tema de reflexión en este libro, pues creo que se trata de dos personas distintas. El tiempo de la escritura no corresponde al tiempo de la vida. Son dos universos paralelos. 

¿El libro, entonces, es posible? 

Sí. El libro constituye una alteridad, otra manera de vivir. Y, precisamente, por esa paradoja que ahora vemos, el libro constituye autobiografías de otras personas, es decir, dos líneas paralelas. 

¿Y se tocan esas líneas alguna vez? 

Sí, hay una forma de comunicación entre las dos, pero es difícil establecer cuáles son los canales. 

Pero con el problema de la verdad y la ficción, ¿cómo puede hacerse una autobiografía? 

Hacer una autobiografía verdadera es imposible. La vida no se cuenta, la vida se vive. 

Entonces, ¿cómo debe acercarse un lector a una autobiografía? 

La biografía es una forma literaria como cualquier otra, y no tiene ningún valor documental. Lo tiene el acta de nacimiento que se escribe en el registro civil, pero pasado eso, lo que sintió una persona después, lo que vivió, no puede contarse. Por lo tanto, las verdaderas biografías son las inventadas, como aquellas que hacían Borges o Marcel Schwob, porque están en otro plano. 

¿Por qué esta angustia por el tiempo, entonces? 

Es consecuencia del siglo que vivimos, de la literatura que leemos, y por eso mi libro es una forma provocadora de decir: «Miren, la vida se vive, no se cuenta». 

En su libro también reflexiona sobre la literatura, el proceso de escribir, ¿vale la pena pensar y escribir sobre eso? 

Sí, porque la literatura también es un alimento de la literatura. 

Esa parece ser una nueva tendencia en la literatura, escribir de la escritura. 

No. Si pensamos bien, siempre ha estado presente esta reflexión. Creemos que estamos descubriendo novedades, y no es cierto. Vamos al Quijote. Cervantes, en la segunda parte de la obra, dice que encontró un libro que fue escrito, que se llamaba, y eso es hacer literatura de la literatura. 

Usted ha dicho que, para escribir, el autor debe abstraerse de todo, de uno mismo, del tiempo, pero si el tiempo es precisamente todo, ¿es condición necesaria la abstracción? 

Sí, es una condición necesaria y al tiempo paradójica, porque para escribir es necesario abstraerse y al mismo tiempo mirar y saber que estamos mirando. 

¿Cómo se da esto? 

Quiero decir que debe observarse algo, pero no estar dentro de ello. Es necesario estar afuera para mirar de manera distinta. 

Como si estuviéramos muertos. 

Puede ser. 

En ese sentido, ¿qué significa la literatura para usted? 

La literatura, como la mirada, es una gran responsabilidad, y muchas veces la literatura ha traído problemas a aquellos que han mirado demasiado. Mirar la vida es peligroso, porque la vida tiene cosas feas; mirarlas no es muy alegre, y escribir sobre ellas tampoco. 

¿La mirada le ha impedido escribir sobre algo? 

Hay veces que hubiera preferido no haber visto algunas cosas. Pero cuando se habla del compromiso, entre comillas, del escritor, el verdadero compromiso es éste: lo que un escritor miró, tiene que contarlo, aunque sea doloroso, porque si no lo cuenta él, no lo cuenta nadie. 

Y así como hay cosas que hubiera preferido no haber mirado, ¿hay cosas que hubiera preferido no haber escrito? 

No, porque lo que escribí lo hice siempre con convicción. Algunas veces no disfruté de escribir ciertas cosas, pero sentía la necesidad de decirlas. 

Esa noche, tras la conversación, Santiago se hizo preguntas que después consideró estúpidas: ¿Qué era escribir? ¿Cuándo en verdad se hace literatura?

El libro de SantiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora