Sin buscarte te encontré- Taeny ver.

1er día de trabajo.

Después del día libre que me dio mi padre y después de terminar agotada por acomodar mis cosas en mi cuarto me encontraba ya en cama preparándome mentalmente para él estrés del trabajo, estaba un poco nerviosa no lo niego una empresa muy importante dependería de mi y de mi manejo así que eso le puede estresar a cualquiera supongo.

Me encontraba frente al espejo la mañana siguiente arreglándome para mi primer día y entró mi madre al cuarto se sentó a mi lado y se me quedo viendo fijamente queriendo preguntar algo pero no podía.

–Que pasa mami? –pregunté extrañada.

–Nada hija solo cosas de viejos nos da tristeza ver a nuestros hijos crecer –dijo con nostalgia.

–Son cosas de la vida mami.. Pero segura que solo es eso? – volví a insistir.

–No es nada hija olvídalo –dijo no muy convencida –La verdad no quisiera que te hicieras cargo tu sola de la empresa hija. – dijo al fin.

–Mamá para eso me preparé todos estos años debo hacerlo.

–Pero no tendrás tiempo para ti mi vida tú tienes derecho a enamorarte y hacer tu vida– dijo preocupada.

–Ya sé a dónde va todo eso madre y disculpadme no quiero hablar de eso.– dije saliendo del cuarto.

Dejé a mi madre con la palabra en la boca cosa que me reproché por hacerlo pero ya sabía a donde quería llegar con su plática y sinceramente no tenía interés de enamorarme ni hacer mi vida, ahora mi prioridad es la empresa y no permitiré que nada me distraiga.

Al llegar a la empresa subí a la oficina de mi padre que ya me esperaba y me recibió rápidamente.

–Hola hija como te va lista para tu primer día de trabajo?–preguntó mi padre entusiasmado.

–Si más que lista tú dirás por dónde empiezo?–dije con él mismo entusiasmo.

–Bueno hija primero que nada te presentare a la persona que será tu mano derecha.. Su nombre es Tiffany y ahora que regrese con unos documentos que le pedí hago las presentaciones formales.–comentó mi padre con tono profesional.

–No creo que sea necesaria una asistente personal podría ser solo la secretaria no necesito que alguien haga mi trabajo –dije un poco seria.

Mi padre iba a contestar cuando en ese momento tocaron la puerta y entró una chica rubia alta de lentes con un porte ejecutivo que para ser sincera era muy guapa pero tenía un carácter un poco altivo cosa que no me gustó para nada.

–Buenos días –Saludó educadamente.

–Qué bueno que llegas justo a tiempo para presentarte a la persona que se quedará en mi lugar –dijo mi padre.

–Yo pensé que eso pasaría dentro de un tiempo más Sr Kim–. Exclamó con poco entusiasmo cosa que me irritó.