Breaking Rules: Una Vez Más ( Terminada)

Capítulo 5: el escape.

3 días antes del vals

-¿Que hace él aquí?-fue lo que susurró Alya a Juleka en mi bienvenida cuando llegamos.

-No pude detenerlo... Él insistió. También es amigo de Marinette.-dijo mi hermana al código susurrado que ellas se comunicaban, pero podía oírlas perfectamente.

-Pero... ah!!- Alya egrito exhausta. No encontró que decir. Me mira afable como si yo hubiese acabado de llegar.

-También es un gusto verte Alya- dije con un toque de ironía.

-Tienes que jurar que no divulgaras nada -dijo la pelirroja con seriedad.

-Lo prometo- asentí. Sin esperar invitación, rodee a las chicas y entre donde estaba Marinette.

Estábamos en la pista de patinaje. Encontré en la esquina interior de los lokers a Alix y a Rosa acuclilladas junto a Marinette, que esta echa un ovillo. Al verme, las chicas se apartaron y me senté junto ella. Ella se sobresaltó al verme.

-Luka... ¿que haces aquí? - dice cabizbaja, oculta su rostro.

-Supe que estabas triste y vine a tu auxilio.

-¿Viniste solamente por mí?

-Que suerte ¿no?. -pausa-¿Que sucede?. -ella respira hondo, se recuesta de mi hombro.

-nunca tu... has corrido...y corrido. Y te das cuenta que vas hacia una deriva, ¿hasta un barranco?- meditaba cada palabra.

-si.

-bueno por otro lado mientras corres, están mis amigos que me apoyan en continuar, pero él tan indiferente.

-¿Hay un él?- ella se vuelve a desmoronar en llanto.

-Hay un él que mas que corras , no alcanzas.-asiente con un rostro empapado.

-Estoy seguro que, hay una persona mucho más preciada que esta corriendo detrás de ti. ¿No crees?

-Es que soy un desas..- no pudo terminar la frase, se sentía como cohibida a contarme algo.

-Hey, se que soy un completo desconocido en esta guerra interna que estas viviendo. Pero no significa que seas totalmente terrible, te mereces también la capacidad de soñar. Talvez pienses que eres torpe, descuidada, olvidadiza, imperfecta, ansiosa..

Alya finge afinar su voz, nos vigila a la distancia.

-Lo siento...Pero al final, yo solo me entero de eso si tu lo crees. ¿Eso es cool para ti?

-no es nada cool... ¿Aunque... tu lo crees?

-No, creo que eres adorable y deberías divertirte mucho. Tienes miles de reflectores que están esperando tu aparición. Quien te hace sentir así un...- finjo afinar la guitarra, ella entiende rápidamente la referencia y sonríe... pero vuelve a entristecerse.

-No, en el fondo nadie me espera.

-Oye, de que una persona no te quiera en este mundo, no es tu culpa. Yo presiento que hay mucho más azul en el cielo.

-Pero el piso duele... es frío... y es piso...

-Bueno el piso siempre estará sobre nosotros, a pesar de lo que pase.

- En verdad no quiero rendirme.

- Nadie te estas diciendo que te rindas. La gente te esta diciendo que quites esas estúpidas lágrimas y te levantes de allí- la chicas hacen una ovación por mis palabras. Ese brillo cegador volvió de pronto a sus pupilas y una sonrisa risueña se plantó en el cuadro lúgubre.

- Tienes razón, no es culpa mía.

- Ahora, quitarás esa cara larga por que una alegría va llegar a tu vida ¿Y tu aquí tristona?

- Es verdad, voy a huir del barranco. -

Le extiendo una mano y la ayudo a levantarse.

- ¿me concederías una vuelta en la pista de patinaje?

- Claro que sí.

Nos dirigimos todos en un final feliz a la pista, yo muy cerca de Marinette. Hoy me toco ser el papel de payaso, quien la mantuviera animada, claro, respetándola, pero me atrevo a decir que, no la vi más feliz desde que la conozco, solo cuando esta junto a mi.

Marinette me dice dulcemente- gracias Luka, es fácil salir contigo de la angustiante monotonía

- Tranquila-le susurro en tono de complicidad- Cuando sientas derrumbarte, nos escapamos los dos muy lejos de aquí.

Cuando dije esas palabras tan tajantes, no quería admitir que había dicho los más serio y peligrosos en mi vida. Era una broma, un incentivo. Jamás pensé que eso se volvería algo peligroso. No pretendía. Pero, no iba a permitir que ella pensara que no contaba conmigo.

-Marinette... -Alguien la llamó.

Al mismo tiempo, volteamos a ver de quien se trataba.

Era Adrien, y estaba parado en el hielo. Con una rosa.