la fiesta.

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Pasaron los días y mi relación con Hugo mejoraba cada día más,hoy era el día de la fiesta de inauguración de la hacienda y todo bullía de actividad .Faltaban un par de de horas para que empezase la fiesta ,así que subí a prepararme, mientras Hugo se encargaba de dirigir los arreglos de última hora del jardín.Todo el pueblo estaba invitado, al igual que los vecinos .Esperé hasta que todo el mundo hubiese llegado para hacer mi entrada triunfal...
Me miré al espejo y me alegré de no haber perdido del todo mi toque capitalino, como decía Tabitha.
Bajé las escaleras centrales y automáticamente mi mirada fué hacia Franco, quien al verme se quedó con la copa a medio camino de la boca.

Me miraba embobado y de pronto sentí otra mirada que me traspasaba con furia

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Me miraba embobado y de pronto sentí otra mirada que me traspasaba con furia.

Me acerqué a ellos saludando a todos por el camino

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Me acerqué a ellos saludando a todos por el camino.

Buenas noches padrino -dije dándole dos besos y un abrazo.
Buenas noches Sarita-dijo cogiendome la mano y haciéndome dar una vuelta -estas bellísima mi niña,incluso mas que de costumbre...
Le sonreí como solo yo sabia hacerlo.
Ven -dijo llevándome hacia Franco y esa tiparraca.
Quiero presentarte a la señora Rosario Montes -dijo poniéndome delante de ella,que me dedicó una falsa sonrisa.
Encantada señora -dije haciendo énfasis en "señora",ya que de señora tenia lo que yo de ardilla.
Creo que que la ví hace poco... -dije como intentando recordar.
¡Así!-dije dando una palmada-usted es la mujer que saludo tan «cariñosamente »al señor Franco aquí presente...
La cara de Rosario se quedó blanca y Franco rió por lo bajo.
Ay... Si pensaba que se iba a quedar sin su ración estaba muy equivocado.
Todos miraban y escuchaban la conversación, yo hice como que no me di cuenta y asesté mi golpe.
Franco, gusto en saludarle, que bueno verle sin el carmín de la señora por toda la cara...bueno si me disculpan voy a atender a mis invitados... -dije y me despedí dejándolos en ridículo a ambos.
En ese momento ví entrar a Héctor y Lidia y fui a saludarlos.
E escuchado la conversación desde el jardín... buen trabajo amiga-dijo riendo. -esa asquerosa se lo tiene merecido. El día después del incidente con el oso, decidí sincerarme con Lidia y contarle lo que sentía por su hermano.
Vengo a reconquistar a Franco así que no te metas -dijo imitando la voz de Rosario.
¿A reconquistarlo? -pregunté.
Es su ex novia... -contestó Lidia con cara de de asco.
Oír eso me cayó como un balde de agua fría.
Héctor nos miraba extrañado sin comprender.
Un momento... -susurró -¿te gusta Franco?
Lidia le dió un golpe en la pierna y yo en el hombro.
Shh... -susurró Lidia -las paredes tienen oídos...
Ya vámonos Sara... -dijo Lidia-y tú, mantén la bocota cerrada o no te responderé...
Eso es chantaje emocional -dijo sonriendo -tranquila soy una tumba.
Rosario estaba cantando, con la banda, cuando de pronto mi padrino vino a por mí.
Ea costumbre aquí  que la anfitriona cante con la banda, después de  la actuación.
Así que Rosario era cantante...
Un momento...
¿¡Cantar yo!?
Perdón padrino pero yo solo canto en la ducha. -dije intentando escapar de él.
¡Ándale Sara, tú puedes!-gritó Lidia.
¡Eso patrona! -gritó Hugo-andele no sea gacha.
¡¡Patrona, patrona, patrona!! -empezaron a gritar los invitados, entre ellos mis empleados.
Ta'bien, ta'bien -dije poniéndome junto a la banda -pero luego no se quejen si hay otra tormenta.
Intentaré no salir esta vez...
-terminé y todos rieron. Empecé a cantar y se hizo el silencio.

Mi malvado vaquero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora