Mentiroso

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*Raúl Elizondo*
Masajeaba mis sienes, mientras leía, me cansé y aparté el papeleo de mí.
Llamaron a la puerta.
Más vale que sea importante -grité al ver asomarse a Nora mi secretaria,era buena en la cama pero por lo demás era una inepta total.
El señor Torrealba-anunció y me levanté del asiento.
Ágale pasar¿¡a que espera!? -grité colocando los papeles en un cajón.
Buenas tardes,señor Elizondo -dijo Maximiliano cerrando la puerta.
¡Hola hijo! -dije abrazándole-¿ya te a contestado?
Si -contestó malhumorado -pero no lo que esperaba...
Me tendió una carta.

Hola Maximiliano, no esperaba tu carta, aunque agradezco mucho tu gesto me temo que que no voy a volver.
Además siento decirte que, lo que pudo haber pasado entre nosotros ,ya no puede ser, puesto que hay otro hombre en mi vida.
Cuentas con mi más sincera amistad, pero te repito no volveré y por favor te pido que no me escribas más ya que a mi actual pareja no le gusta.
Cordialmente.
Sara Elizondo.

Monté en cólera.
¿¡Como se atreve esta maldita mocosa!? -grité arrugando la carta.
Debí de haberla matado igual que a su madre....
¡Maldita sea!-dije -no me esta sirviendo para nada habermela quedado... Tengo que sacarla de esa maldita Hacienda...
¿Que importancia tiene esa estúpida hacienda? -preguntó Maximiliano.
Abrí el cajón y volví a sacar los papeles y se los dí.
Leyó y sus ojos se abrieron de par en  par.
¡¿Petroleo?! -gritó.
¡Shhh! Si... Esa casucha esta justo encima-susurré.
Pero papá eso es una fortuna... -dijo sonriendo con malicia.
Lo sé hijo-dije sonriendole-tenemos que sacar a esa bastarda de allí y casarla contigo como sea... Ella es la heredera de esas tierras, la zorra de su madre se encargó de que yo no pudiese tocar ni un centímetro de terreno...
Pero aún así... Yo me encargaré de quedarmela -dijo Maximiliano.
Tenemos que tener cuidado, pues Aron Montreal a salido de la cárcel y no hemos dado aún con su paradero... -dije amargamente.
Son tal para cual... Padre e hija son como una piedra en el zapato... -dijo Maximiliano.
¡Callate! -grité furioso-¡nadie debe escuchar eso, nadie debe saber que ella es hija de Montreal!

Mi malvado vaquero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora