peluche

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*Franco*
La ví conducir hacia su casa mientras una sonrisa se extendía por mi cara.
Entré en casa y subí a mi habitación completamente feliz.
Me dolía todo el cuerpo de las patadas, pero nunca me había sentido tan vivo como hoy...
Abrí la ventana y la ví andar por su habitación con mi camisa puesta.
Me había perdido verla cambiarse, pero esa noche era diferente, esa noche dormiría con la certeza de que ella también me quería.
Me senté en la cama viendola colocar todo para acostarse, cuando de repente se asomó por la ventana mirando directamente hacia mí.
La ví pararse en seco y cerrar la cortina.
Acababa de darse cuenta de que la había visto. Reí pasándome una mano por la cara.
¿Franco puedo entrar? -dijo Lidia desde el pasillo.
Si pasa ,adelante-dije y ella entró con las cejas alzadas.
¿No me vas a a gritar que no te moleste? -dijo asombrada.
No...¿porque tendría que hacerlo? -dije con una sonrisa tonta en la cara.
Estáis muy raros los dos... -dijo entrecerrando los ojos .
¿Los dos? -pregunté.
Si... Toma es Sara,quiere hablar contigo... La dije que no querrías pero no me hizo ca....-no la dejé terminar de hablar pues le quité el teléfono de la mano.
Si...?-dije mordiéndome el labio.
¿Desde cuando me observas? -dijo divertida.
Bien no estaba enfadada....
No la cuestión es... ¿Porque te pones esa camisa para dormir...?¿es de alguien especial? -contesté sonriendo como tonto mientras Lidia me miraba con la boca abierta.
Creo que que es de Hugo ... -dijo y mi mirada fué hacia la ventana, donde la ví reírse en silencio.
Así...? Creo que que debería pedirle a Rosario algo suyo también.... -dije y la ví levantarse y cerrar la cortina.
Buenas noches -dijo muy seria-¿puedes devolverle el teléfono a Lidia?
Le dí el teléfono a mi hermana y cuando iba a salir la agarré.
Me puse un dedo en los labios pidiendo la silencio y puse el manos libres.
Aaaayyyy!!!!¿¡¿¡Porque me la tiene que nombrar!?!? -decia furiosa.
¿Mira sabes que?¡mañana mismo le devuelvo su camisa y ya esta! -gritaba y resoplaba sin parar.
Sonreí al comprobar lo celosa que estaba de Rosario.
¡Peluche!-gritó Lidia y la miré extrañado.
Hubo un momento de silencio.
Si Lidia, mañana también te llevaré el peluche...-dijo y Lidia sonrió.
Bueno, cambiando de tema amiga,mañana iré a cabalgar con Hugo... es tan amable y tan guapo... Nada que ver con tu hermano...
Además me invitó a cenar a su casa ¿crees que debería ir?
Ya no aguanté más y exploté levantándome de la cama y golpeando un cojín.
Nose Lidia pero es tan lindo conmigo... Y tu hermano esta tan rabioso que debe de tener ganas de matarme...-dijo Sara y ambas rompieron a reír y yo las miré incrédulo.
Eso te pasa por querer escuchar conversaciones ajenas Franco Reyes. -dijo Sara y entonces lo comprendí.
Al decir «peluche»la había avisado de que yo estaba escuchando.
Ja. Ja. Ja. Muy graciosa la mocosa... -dije aún enfurruñado.
Aiss,Franco un humor tan fino como el mio no esta hecho para que viejos como usted lo entiendan.... Buenas noches amiga que descanses.
Hasta mañana Sara-dijo mi hermana y colgó.
Lidia empezó a salir de la habitación, cuando se asomó por la puerta.
Franco... -me llamó.
¿Si? -dije levantando la cabeza.
No la lastimes -dijo mi hermana dejándome confuso.
¿Tan poca fé me tenia?
Cerré la puerta de mi habitación y me tumbé en la cama.
Cerré los ojos recordando sus labios en los míos, y con ese pensamiento y la gran sonrisa que lo acompañaba me quede dormido.

Mi malvado vaquero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora