El lago

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*Franco*
Mi móvil sonó y me dí la vuelta en la cama para ver que era.
¿Un WhatsApp a estas horas?
Lo abrí y automáticamente pegué un salto de la cama.¿Charrito?

No... No puede ser...
Sería demasiado para un día...
No llegaban, osea que decidí esperar a mañana ,rezando para que fuera Sara quien me hablaba.
*Sara*
Me desperté muy temprano, apenas había conseguido dormir unas pocas horas.
Encendí mi móvil y ví que me había contestado. Bajé, desayuné y en menos de de tres horas todo lo relacionado con la hacienda eataba terminado. Los caballos nuevos marcados, las vacas estaban siendo ordeñadas y las ovejas esquiladas.No había nada que hacer. Franco había estado observandome desde la valla y me estaba poniendo muy nerviosa ,así que decidí así que decidí recorrer la hacienda con Diablo.
Cabalgué hasta el lago , trepé a una piedra y empecé a lanzar piedras al agua. Todas se hundían... No conseguía hacer que saltaran... De pronto, no se de donde salió una piedra que rebotó en el agua a la perfección.
Supongo que eso intentas ¿no?-dijo Franco apoyando la pierna en la roca.
Puede ser -dije mirando el lago.
¿Sigues enfadada?-dijo subiéndose a la piedra conmigo.
Mi corazón iba a mil por hora.
Sabes... Antes yo siempre me sentaba aquí... -dijo lo que me hizo mirarle sorprendida.
Si, gringuita, esta piedra era mi lugar para relajarme... -dijo riéndose.
Ya estaba arta del nombrecito.
Mala suerte charrito monta perros... La piedra está en mi propiedad -dije apartándome el pelo de la cara que el aire me había pegado.
¿Charrito? -dijo sonriendo de oreja a oreja.
¿Te diviertes? -pregunté intentando parecer tranquila.
Mucho... -se acercó a mí tanto que nuestros muslos se tocaban-me divierte mucho ver como me provocas para evitar que me acerque así a tí -iba acercándose según hablaba.
Apartó un mechón de pelo de mi boca y se acercó besándome suavemente, fué apenas un toque, pero hizo vibrar hasta la última fibra de mi ser.
Franco...-dije sujetando sus manos y apartándome.
¿Que pasa Sara?¿de qué tienes miedo? -preguntó pegando su frente a la mía.
No quiero ser una más en tu lista Franco-contesté -no quiero ser otra Rosario...aparté la cara mirando hacia el lago.
Sara... No te compares con esa... -dijo poniendo su mano en mi hombro.Lo que estoy sintiendo por tí,nunca lo e sentido por nadie... Y sí,no te voy a a negar que a habido otras mujeres, pero nunca sentí nada por ellas... Y ellas lo sabían... Era simplemente... -se calló dejando la frase incompleta.
¿Sexo? -completé mirándole a los ojos.
Si-dijo y entonces fué  él quien miró hacia otro lado.
E intentado alejarme de tí...,me engañaba diciéndome a mi mismo que te odiaba,que te quería lejos de mí,pero cuando ví tu coche ardiendo y por un momento creí que estabas dentro...
Le miré,sus ojos estaban aguados.
Quise morirme allí mismo.-dijo y una lágrima cayó por su mejilla, la cual rápidamente se apresuró a limpiar.
Cuando ví que el coche estaba vacío,decidí que cuando te encontrase te diría lo que sentía.
Ese oso, firmó su sentencia de muerte en cuanto te tocó... No te iba a perder...
Te quiero Sara y solo quiero saber que sientes por mí, si tengo una oportunidad de ser algo mas que un amigo para tí.
Me quedé impactada.
Nunca pensé que significas tanto para él.
Apoyé mi cabeza en su hombro.
Desde que  llegué aquí, llamaste mi atención, siempre te metías conmigo, me molestabas y me pasaba el tiempo enfadada, pero no contigo como todos pensaban... Yo me enfadaba conmigo misma porque pensaba que no tenia nada que hacer para ganarme tu cariño... Así que intenté ganarme tu respeto.
¿Por eso tu empeño con Diablo? -preguntó apoyando su cabeza en la mía.
Si... -dije sonriendo -no sabes que bien me sentí al ver tu cara.
Y ahora... -dijo entrelazandon sus dedos con los mios-¿como te sientes?
Nos miramos y automáticamente pegué mis labios a los suyos, sus manos recogían mi espalda y las mías su pelo,su mano derecha subió  a mi nuca y se topó con mi moño y lo soltó.
Me gusta mas así... -dijo mientras me sentaba a horcajadas sobre él y volvía a besarme enredando sus manos en mi pelo.
Después de un rato me abrazó.
Ni sabes cuanto tiempo llevo esperando tenerte así... -dijo mientras me escuchaba entre sus brazos y besando mi cuello.
Franco...- suspiré al sentir su boca en mi cuello.
Volvimos a besarnos, esta vez despacio y sin prisas.
Dame una oportunidad Sara.. -dijo pegado a mis labios.
¿Y Rosario? -dije -ella dice que a venido a recuperarte.
Te dejaste besar por ella delante se mí...
No me lo esperaba -se defendió-no la quiero Sara.
Dime que quieres que haga para que me des una oportunidad y lo haré.
¿Quieres que la heche de mi vida? ¿De mi casa? -dijo poniendo sus manos en mis mejillas.
Puse mis manos sobre las suyas.
Esta bien... -dije -te voy a dar una oportunidad, no me falles Franco, por que nunca doy segundas oportunidades....
Sara... -susurró y empezó a besarme,mientras me abrazaba.
Bajamos de la piedra cogidos de la mano y Franco se paró al llegar cerca de Diablo,ya que este le empujó tratando de apartarlo de mí.
Diablo... -dije acariciando su hocico-¿porque  no vas con Altanera eehh...?
Se alejó no sin antes darle a Franco con la cola en la cara.
No le gusto para nada... -dijo Franco,mirando como se iba.
Te recuerdo que la ultima vez que te vió tan de cerca ibas a matarlo...-dije.
Si... Demasiado bien se a portado.... -contestó,mientras me cogía de la cintura por detrás pegándome a él,besando mi cuello.
Estaba perdida en su abrazo, cuando escuché  una voz a mi espalda.
Sara, te traigo una carta, Hugo me a dicho que estabas por aq.... -se quedó muda, mientras nosotros nos separamos.

Oh Dios mío

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Oh Dios mío...!- dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su cara.
Esto significa que...? -empezó pero Franco la corto.
Significa que no te voy a a matar por darla mi número... -dijo abrazándome por detrás y besando mi cuello.
Lidia abrió la boca-¿¡le dijiste Sara!? .
¡Yo no le dije nada!-ne defendí.
Él empezó a reírse.
No estaba seguro pero me lo acabas de confirmar ,hermanita... -dijo llenando de besos mi cara, mientras yo me moría de vergüenza.
Franco ya... -dije avergonzada.
¿Porque? -dijo y miró a Lidia-hay no amor, si se vieron hasta los calzones de niñas, no me vas a a decir que te da pena que te bese delante de mi hermana...
¿Amor? Ay dios mio ahora si me da algo...
¡Franco! no la digas sobre calzones,¿no ves que la avergüenzas? -dijo Lidia -toma amiga, te llegó esto desde la capital.
Cojí los dos sobres que me daba.
Uno era de un hospital al que había escrito contándoles sobre el caso de Lidia.
Miré la otra y no lo podía creer.
Máximo Torrealba.
¿Porque este imbécil me escribe?
Y además...
¿Quien le dió mi dirección?
La guardé en el bolsillo trasero de mi pantalón y abrí la del hospital.
Lidia no sabia nada sobre esto así que preferí leerla antes de nada.
Mis ojos se abrieron mas y mas mientras leía.
¡Había esperanzas para ella!
Mucho más que eso...
¡Decían que con algunos tratamientos estaban seguros de poderla hacer caminar.!
Lidia... Se que a lo mejor te enfadas conmigo por hacer esto pero... -ella entrecerró los ojos preparándose para regañarme-he hablado con un hospital sobre tu caso y me acaban de contestar...
Le dí la carta y al leerla sus ojos iban de la carta a mi y de mi a la carta

Mi malvado vaquero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora