Golpes, insultos, hambre, dolor, lágrimas y sangre. Esas palabras podían resumir todo lo que había pasado el día jueves. No había sido nada bonito
Viernes. Era viernes y se suponía que debía estar feliz por eso, porque ya no tendría que ir a la escuela por dos días. Tendría que estarlo aún más porque era El Día del amigo, sin embargo eso no pasaba. Fin de semana era sinónimo de tortura. Dos días enteros encerrado en la misma casa que mis progenitores no significaban ningún paraíso.
Además, aquella fecha en la que se suponía debíamos salir con amigos a celebrar siempre la pasaba solo y, para empeorar todo, ese día tenía un contraturno. Sí, debía quedarme después de horario normal de clases para tener gimnasia. ¿Qué había de malo con eso? Simple: división por géneros. Las mujeres y hombres tenían diferentes horarios y ejercicios. Los chicos hacían fútbol y mucho físico,abdominales, flexiones, etc. Las chicas sólo trotaban un par de vueltas en la cancha -si es que lo hacían, la mayoría caminaba en cuanto la profesora volteaba- y luego jugaban voley o handball. Realmente las actividades femeninas eran una mierda, nunca hacíamos nada. Odiaba estar en ese grupo, yo no era ninguna chica para que me estuvieran metiendo ahí. ¿Cuál era la necesidad de que ejercitáramos separados?, verdaderamente no lo entendía.
Mi estómago gruñó fuertemente. Dos días y lo único que yo había comido fue una manzana que había conseguido sacar a escodidas de la heladera. Pero no era tiempo de pensar en toda la deliciosa comida que quería, tenía que concentrarme en mí tarea: conseguir con un trabajo.
Me encontraba repartiendo rápidamente mi currículum de negocio en negocio, tiendas de ropa, de comida, de juguetes. Sería muy difícil trabajar con mis cortos 16 años, muy pocos lugares aceptaban adolescentes de mi edad. De igual forma iba a intentarlo, de verdad lo necesitaba.
Tenía dinero ahorrado, nunca me iba a arrepentir de mi fiesta de 15 años por el dinero que recaudé -unos aproximados $25000- ; tampoco de haber invertido todo lo que tenía guardado, más lo que me habían regalado en mi cumleaños, en dólares. Esa moneda había subido mucho en esos tiempos, generandome ganancias sin haber movido un solo dedo. Contaba con más de $35000 pero no tenía intención de gastarlos, no aún. Ese dinero sería vital en el caso de que tuviéramos que irnos de casa antes de tiempo.
Debía apurarme para terminar con lo que estaba haciendo, me quedaba poco tiempo antes de tener que ingresar otra vez a la escuela. En la mayoría de los locales decían que no me podían dar el puesto o que no necesitaban nuevos empleados por el momento. No los culpaba por no contratarme, el país estaba mal y nadie conseguía trabajo en ningún lugar.Maldita Macrisis.
Y por estar demasiado metido en mis pensamientos, nunca noté a la persona que llevaba tiempo siguiendo cada uno movimientos. Si tan solo hubiera sido más atento, definitivamente me habría evitado unos cuantos problemas.
🌟🌟🌟
Una vuelta. Dos. Tres. Trotábamos a paso tan lento que un caracol habría ido más rápido. La profesora ni siquiera nos hacía caso, se encontraba hablando con el profesor de los chicos con los que coincidía nuestro horario, algunos de mi curso y otro que no tenía ni idea de quiénes eran.
Lo único bueno de esa clase era que todos usábamos el mismo uniforme, un pantalón azul marino y la remera blanca de siempre. Mi pelo y la ropa lograban que me viera masculino, eso me hacía olvidar un poco el hecho de que era un hombre en un grupo que se suponía era completamente de mujeres.
Un sonido de silbato y todos nos detuvimos, nuestra profesora nos llamaba. Con pocas ganas nos dirigimos hacia donde ella estaba sentada.- Formen 4 equipos, hoy vamos a jugar Handball. -nos ordenó e inmediatamente se escucharon sonidos de felicidad por parte de mis compañeras y un largo suspiro mío.
- Odio el handball. -susurré para mi mismo.
Una vez que se eligieron a las capitanas, cada una comenzó a nombrar por turnos a quiénes querían con ellas. La gente desapareció rápidamente de mi lado, antes de darme cuenta era el único que no había sido seleccionado.
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Secrets
Teen FictionSam tenía un secreto que la atormentaba durante el día y le quitaba el sueño todas las noches. Lo mirara por donde lo mirara, no encontraba la forma de liberar su carga sin que se desatara el caos. "Todo lo que callamos, tarde o temprano se nos sale...