Capítulo 19

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"Pero luego llega la oscuridad que se apodera de mi ser... Dime, ¿esto acabará alguna vez?"

-No sé ni de dónde saqué eso, así que créditos a quien corresponda xdxd

☁️☁️☁️

Desperté exaltada y con mí rostro cubierto de lágrimas. Me senté en la cama y llevé mis manos hacia mí cabeza mientras intentaba regular mí respiración. Mí cuerpo temblaba, todavía podía sentir el miedo y cada suceso de mí sueño tan reales como si los hubiera vivido en carne propia.

Porque así había sido, eso sí había sucedido.

Con todas mis fuerzas traté de calmarme, convencerme a mí misma de que todo estaba bien. Sí me comportaba aquello no tendría por qué volver suceder, mí progenitor ya no tendría razones para dañarme de ninguna forma.
Extendí mí mano para tomar mí celular. Eran las seis en punto, había conseguido dormir tres horas ese día (lo cual era sorprendente teniendo en cuenta que casi no lo había hecho las últimas semanas).
Me levanté y me quité mi ropa, que estaba completamente empapada en sudor, para ponerme mí uniforme de la escuela. En todo momento mí vista permaneció en el frente, evitando ver cada centímetro de mí repugnante piel. Tomé mí mochila, demasiado pesada para que mí débil ser la soportara.
Salí de mí habitación y entré a la de Noah, al igual que como había hecho cada madrugada, mañana, tarde y noche desde que se había ido. Pero, él no estaba ahí. Había pasado tan poco tiempo, sin embargo no era capaz de recordar la última vez que había estado a su lado, la última vez que habíamos reído juntos, nos habíamos abrazado o simplemente habíamos cruzado una palabra que no contuviera dolor, rabia o fuera mentira. Se sentía tan lejana, aquella época en la que una sonrisa real era algo habitual. Parecían haber transcurrido años.
Ya no lo soportaba.
Cerré mis ojos y enterré fuertemente mis uñas en mis palmas. Continué mí camino lentamente y sin realizar ruido alguno. Observé mí débil reflejo en una ventana. No parecía más que un fantasma lamentándose por no poder llegar al cielo, ahogándose en sus pecados y destinado a vagar eternamente en ese destruido mundo.
Salí de mí silenciosa casa sin dirigir una palabra a mí madre, e ignorando sus brazos extendidos hacia mi, comencé a dirigirme a la escuela a pesar de que ni siquiera sabía porqué continuaba haciéndolo. Si no había futuro para mi y estaba destinada a casarme con Thomas, darle hijos y quedarme en nuestro hogar cuidando de ellos, ¿por qué todavía tenía que ir al colegio si nunca iba a trabajar? Sonaba estúpido.
Lentamente, un vehículo comenzó a detenerse a mí lado. Seguí caminando mientras me aferraba con mayor fuerza a las correas de mí mochila. El conductor hizo sonar las bocinas del auto, probablemente llamando la atención de más de un vecino curioso. Volteé a ver al mismo tiempo que la ventanilla del acompañante descendía, dejando ver a mí sonriente prometido.

-¿Te llevamos, amorcito?

Suspiré sonoramente. ¿Por qué sólo a mí parecía perseguirme la mala suerte? El resto de las chicas de mí edad eran felices, preocupándose sólo de maquillaje, chicos, ropa y cantantes famosos, ¿por qué yo no podía tener esa vida?

Porque no sos normal.

Me acerqué dubitativamente, abrí la puerta e ingresé. Al instante comenzamos a movernos.
En múltiples ocasiones Thomas intentó entablar una conversación conmigo, fallando notoriamente cuando sólo conseguía respuesta desinteresadas y frías. Al final, con una expresión... ¿triste?, Se rindió y sólo se mantuvo observando hacia el exterior durante el resto del viaje. El señor Miller se dedicó a dar "disimuladas" miradas hacia mí dirección. Definitivamente fue la situación más incómoda que había vivido.
El vehículo se detuvo frente a nuestra escuela, dando fin a nuestro tan agradable recorrido. Me despedí lo más rápido que pude, y prácticamente corrí al interior del edificio para desaparecer de la vista de mí futuro esposo.
Sin embargo, eso no fue posible. Antes de poder perderme entre la multitud de zombies que arrastraban sus pies a esas horas de la mañana, su mano me alcanzó. Tirando fuertemente de mí brazo consiguió arrastrarme hacia el baño de hombres. Pensar en cuánto había anhelado entrar a ese lugar tiempo atrás y verme ahora tratando de huir de ahí parecía algo irónico.
Completamente vacío. ¿Cómo era posible que nadie estuviera en los sanitarios? Pude escuchar el sonido del cerrojo de la puerta al dejarme completamente sin salida. Atrapada con un chico aparentemente furioso que me doblegaba en tamaño en un sitio desocupado donde nadie me salvaría. ¿Tan mala persona había sido en mí vida pasada para que todo eso me ocurriera?

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