Epílogo

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"Pero si eres feliz, si puedes sonreír, entonces yo...
Te extrañaré mientras te olvido
Derramaré más lágrimas que hoy
Como el destino, nunca voy a tener a alguien como tú
Sólo tú, sólo tú.
Tanto como mis lágrimas, espero que seas feliz.

Adiós, mi amor."

-Goodbye My Love, Ailee.

☀️☀️☀️

Charlie

Abrí mis ojos apenas el despertador comenzó a sonar con su irritante melodía de siempre.

-Hmm, apagalo. -me ordenó esa cosa que tenía por hermana mientras cubría su cara con su almohada en un intento de amortiguar el ruido.

Extendí mí mano y lo detuve. Tomé mí celular y entrecerré mis ojos mientras se adaptaban a su luz para intentar ver la hora. Eran las 9 en punto. Mí vista se desvió hacia la fecha que indicaba la pantalla y fruncí levemente el ceño.
Rápidamente me levanté y fui al baño, para luego detenerme en mí armario para escoger mí ropa. Elegí un simple jean, una remera mangas largas blanca lisa y un sweater negro, porque hacía frío.

Sin embargo, ningún día se sentiría tan frío como aquel que fatídico día un año atrás...

Sacudí mí cabeza intentado no pensar demasiado lo que había ocurrido. El pasado era el pasado, ya no había forma de cambiar los hechos... Pero podía evitar que volviera a suceder.

- Si no parás de hacer ruido y me dejás dormir juro que te voy a cortar el pelo cuando duermas. -me amenazó

Me dí la vuelta y esbocé una maliciosa sonrisa mientras me acercaba a su cama. Me abalancé sobre ella en un gran saltó y le caí encima con todo mi peso. Emma dejó escapar un pequeño gemido de dolor. Nuestra habitual pelea terminó con ella pegandome un gran puñetazo en el estómago.
M

Me levanté y salí apresurado de mi casa, sin desayunar ya que sentía un nudo en el estómago. No importa cuánto tiempo pasara, todavía dolía.
Compré unas flores en el camino y al cabo de unos 20 minutos llegué a mi destino. Saludé al cuidador, quien ya me conocía porque solía acudir a menudo a aquél desolador lugar.
Caminé por aquellos senderos hasta que por fin los encontré. Me arrodillé a su lado y los saludé, feliz de estar con ellos nuevamente.
- Hola, te traje flores, Andy, a vos y a Noah.
Le hablaba a la nada, a aquellas lápidas de helado cemento que decían sus nombres.
- Los extrañamos mucho. Emma, Vivian, y yo. Disculpa que mi hermana no haya venido, todavía es muy difícil para ella. Es difícil para todos, probablemente nunca deje de ser así.
Levanté mi cabeza hacia el cielo, mientras pequeñas lágrimas amenazaban con escapar de mis ojos.
- Hoy vine a hacer algo que nunca tuve el valor de hacer. Te amo, -dije con nervios, aún sabiendo que no me escuchaba, y que nunca lo haría- lamento no haberlo dicho cuando era tiempo, lamento no haberte ayudado cuando más lo necesitaste, lamento todo. Te extraño más que a nadie, y probablemente nunca vuelva a encontrar a alguien que me haga sentir lo que me hiciste sentir.
Las lágrimas finalmente cayeron, pero las Sequé con rapidez. No había ido a lamentarme.
- ¿Sabés? Hoy venía a contarte algo especial. Junto con Vivian y Emma nos reunimos y decidimos formar un grupo de apoyo LGBT+. Es un lugar seguro para gente como nosotros, un lugar donde podemos ser nuestro verdadero yo sin miedo a ser juzgados. No quiero que nadie más vuelva a sentir miedo, no quiero que nadie más vuelva a sentir dolor, pero más importante aún, no quiero que perdamos a nadie más.
Finalmente, luego de pensar en todos los bellos momentos que pasamos y de contarles a Andy y a Noah cómo iban las cosas en el grupo, me despedí.
Mi corazón nunca volvería a arreglarse, nada volvería a ser como antes de que elle se fuera, pero todavía podía cambiar las cosas. Todavía podía hacer un mundo mejor para que no hubiera otro Noah, para que no hubiera otre Andy.
Y me fui, con el alma llena de orgullo y alegría, porque no podía remediar lo que había pasado pero podía evitar que sucediera nuevamente. Podía hacer felices a las personas como nosotros.

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