Capítulo 15

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"Estoy soportando
¿Por qué todo es tan pesado?
Estoy soportando mucho más de lo que puedo cargar."

- Heavy, Chester Bennington

☁🌟☁


La intensa lluvia que había iniciado hacía horas parecía nunca acabar. Mi empapada ropa pesaba a causa de la gran cantidad de agua que poseía, haciendo lento mi caminar. Las gotas que caían en mi rostro se mezclaban con las saladas lágrimas que brotaban de mis ojerosos ojos.

"Zorra"
"Puta regalada"
"Asquerosa"
"Además de fenómeno, prostituta"

Las palabras que salían de la boca de cada alumno de la escuela se sentían como puñales en mi cabeza y en todo mi pecho. El rumor se había difundido tan rápido como la misma luz, ya no sólo mi curso sabía que no era una chica, sino que toda la institución se había enterado de eso y más. Dolía mucho más que cualquier golpe que había recibido, mucho más que cualquier corte que me había provocado.
Fui una estúpida al pensar que un imbécil como él no contaría lo sucedido a todo el mundo. No pudo callarlo ni por una semana, debía mostrarles a todos que se había conseguido una puta que había sido fácil de lograr llevar a la cama. Yo era algo así como un trofeo en un competencia que consistía en acostarse con la mayor cantidad de mujeres
Muchos se me habían hacercado ese día, insinuando cosas obscenas. Sumamente horrible. Los chicos del colegio sólo me veían como un agujero para cojer gracias a lo que se había dicho sobre mi.
El cielo parecía estar tan triste como yo, porque lloraba a mares. Era increíble como el clima lograba que el dolor de las personas fuera más intenso.
El petricor inundaba completamente mis fosas nasales, relajandome. Muchas personas odiaban la lluvia, pero yo amaba todo de ella. El olor a tierra mojada conseguía darme paz, permitiendome calmar mis sollozos que eran amortiguados por el ruido de los autos.
Inútilmente traté de secar mi rostro y continué mi camino hacia la estúpida terapia grupal que daban los Miller todos los miércoles.
Quería dar la vuelta y dirigirme a una plaza que estaba a sólo unas cuadras. Ese lugar era verdaderamente hermoso y nadie se toman el tiempo de apreciarlo, siempre se encontraba vacía y más con ese tiempo.
La gran estructura de la Iglesia comenzó a hacerse presente. Sin embargo en vez de correr en busca de refugio por temporal, aminoré el paso tratando de retrasarme lo máximo posible.
A lo lejos, una figura humana corría en mi dirección cubriendo su cabeza con una campera. Parecía ser una chica, su esbelta figura, falda y sus finas y delicadas piernas cubiertas por largas medias color rosa pálido la delataban. Mas algo no encajaba, la joven que desesperadamente trataba de huir del agua se me hacía extrañamente familiar. Grata fue mi sorpresa cuando una voz masculina provino de ella -mejor dicho él- que gritaba mi nombre.

- ¡Hola, Andy! -saludó mi amigo en cuanto estuvimos frente a frente.

- Hola, Charlie. -observé sus mojadas piernas- Mal día para usar pollera.

- ¡Nunca es un mal día para usarla! Además, esto es lo más cómodo que existe -contestó con su típico tono alegre- ¿Qué estás haciendo por acá? Te ves terrible, mejor andá a tu casa a bañarte y dormir.

- Muchas gracias por tan bello cumplido.

- Oh, de nada. Ahora, ¿me vas a decir qué haces en este lugar, bajo la lluvia, caminando tranquilamente, llevando cara de zombie y sin siquiera tratar de cubrirte un poco? -indagó, aunque más que nada tuvo la intención de reprocharme mi imprudencia.

- ¿Y vos por qué estás afuera vestido así y sin paraguas? -pregunté intentando distraerlo.

- ¡Yo soy el que hace las preguntas! Vos sos la que tiene cara de que quiere que la pise un camión y que lleva varios días sin contestar sus mensajes, así que tengo todo el derecho de interrogarte.

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