Maldito corazón | Esconcer | Editando | | 𓍢ִ໋ 🃏 ͙֒ ♪

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¡Dios! ¡No me jodan!

¡No puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede, ser!

—Malakai. —dijo ella en forma de suspiro lanzándose a abrazarlo.

Él aún no sabía cómo reaccionar, está mirando al suelo mientras lentamente envolvía a su madre en sus brazos.

—Tu... —habló, —estás viva...

¡¿Que demonios está pasando?! Exijo una explicación, porque si esto en verdad está pasando...cielos.

—Y-Yo, pensaba que tu padre te había llevado lejos, a-a Europa o otro lugar pero no, estás aquí. —tan pronto como terminó de hablar empezó el llanto.

Justo ahí, él reaccionó, separó a su madre tomándola de los hombros, para tocar su rostro, con una expresión dolida. La tocaba como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

—Pa-Papá, me dijo, cuando me llevo, que habías muerto, que te habían asesinado, a ti y a mis hermanos, no sabían quien fue pero todo fue...una sucia mentira...

—Estoy viva. —habló firme la mujer pero aún estaba sollozando un poco.

—¿Y-Y Brayan, Escorpio y Nora?

¿Que coño? ¿Aguanta, ellos son hermanos de Kai?
Bueno, ella es su madre es demasiado obvio...

—Ellos están bien, pero Nora no, él la tiene.

¿Que diablos pasa en esta familia?

—¡¿Él la tiene?! —preguntó él gritando, —¿Desde cuando?

La madre de Escorpio, estaba sumamente roja, no paraba de soltar lágrimas pero hablaba tan segura que no pareciera que estuviera llorando en realidad, —Tiempo después de que te llevara a ti, se llevó a Nora.

Se quedaron en silencio. Yo estaba algo mareada, no sabia que pasaba. Kai me miró por unos momentos, para luego volver a su madre.

—¿Ella es novia de quien? —dijo con un tono neutral.

—De Escorpio.

—Escorpio. —repitió viéndome con seriedad. Pero luego soltó un suspiro y abrazó a su madre con desesperación. 

Siento que no debo de estar aquí, esto no es mi asunto, tampoco me siento bien. Me rasqué levemente la cabeza y empecé a caminar a hacia afuera. Salí dando un portazo, saqué las llaves de mi bolsillo y entré al auto. Tengo un nudo en la garganta y lo peor es que no entiendo por qué.

No se si es miedo. O rabia. O angustia.

Prendí el auto, iba a arrancar pero un golpe en mi ventana me hizo gritar. Kai estaba tratando de abrir la puerta de mi asiento.

—¡No, para! ¡No! ¡Kai! ¡Déjame! ¡Déjame en paz! ¡Aléjate! —le gritaba desde adentro.

—¡Déjame entrar!

Él insistía, yo trataba de recuperarme, pero con él así, no podía, así que, exploté.

Le di un golpe al timón gritando que se apartara del auto, haciendo sonar la bocina, él se apartó de golpe. Yo pisé el acelerador a fondo, arrancando el auto. Estaba demasiado angustiada como para manejar esto.