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Se sintió mal de repente para sentarse en el sofá de la sala pensando que sus esfuerzos no valían nada, trató de componerse para ir a la cocina a terminar de comer con el pelinegro, respiró unas cuantas veces y regresó.

Hoseok lo vio entrar de nuevo, pero esa alegría que tenía anteriormente había desaparecido, ahora parecía pensativo y algo decaído. Él ya se había terminado su parte de la cena y solo estaba esperando que el menor terminara su cena para que los dos subieran a tomar un poco más de asesorías para ese día. Observó cómo el menor que estaba a su lado no movía el tenedor para terminar de comer y solo se quedó pensativo a la nada, posterior tomó un poco de comida y se lo llevó a la boca, solo un poco y regresó ese mismo tenedor en el plato para quedar completamente en silencio.

—¿Estás bien? -había observado el cambio de actitud del menor después de haber checado su celular. Solo escuchó un sollozo ahogado que parecía venir del chico a su lado, ni siquiera había visto su rostro después de regresar —¿Tae.. ? – el menor se volteó para dejar ver las lágrimas en sus ojos. Era claro que no sabía qué hacer, no era bueno consolando personas y tampoco le gustaba hacerlo. En el orfanato al ver a los niños caerse no recurría a ellos a verificarlos, o cuando algunos lloraban por separarse de sus amigos al ser adoptados tampoco les ofrecía un abrazo. Le era una actitud falsa si él lo hacía, porque no sentía deseos de consolarlos, pero al ver a ese castaño quería que dejara de hacer esa lamentable cara y terminara de llorar.

—Yo... yo necesito un abrazo.

No pasó mucho para que se levantara y estrechara ese cuerpo en el suyo, lo hizo hundir su rostro en su pecho y lo rodeó con sus brazos, el menor alcanzó también abrazarlo. No tenía la menor idea del por qué lloraba, pero debía dolerle al hacerle derramar lágrimas.

Taehyung estaba decaído, si hubiera visto ese mensaje al estar en casa a esa hora, era seguro que lloraría en silencio en su habitación; si su novio Minho estuviera con él lo mimaría como un niño y después le compraría algo para que estuviera feliz, pero esta vez era diferente, solo estaba allí sintiendo el abrazo de alguien que era un desconocido hace unas semanas atrás y del que vio un rostro preocupado por él, por eso pidió que lo abrazara. Su cuerpo se sentía caliente y reconfortante, así como sus dedos que se enredaban en sus cabellos para consolarlo. Estaba siendo un cobarde o un niño, no sabía, al comportarse de esa manera con solo un mensaje, solo estaba causando problemas a Hoseok.

—Eché a perder la cena... Lo siento -poco a poco dejó el abrazó y se incorporó. Limpió sus lágrimas y después sonrió —Creo que estoy bien ahora, pero quiero irme a casa.

—No. Digo, no puedes irte de esta manera, si quieres puedes dormir de nuevo en al ático -el menor le sonrió aun con el rostro enrojecido por las pocas lágrimas derramadas.

—Gracias, sabía que eras una persona amable y agradable -volvió a sonreírle por última vez antes de subir al ático y desparecer de allí.

Hoseok sintió que por primera vez deseó consolar a alguien y se emocionó un poco cuando el menor pidió ser abrazado por él, sentir cómo las manos del menor pasaban en su cuerpo y se aferraban a él le hizo pensar que estaba haciendo bien las cosas, por eso también fue a sus cabellos castaños claros para acariciarlos, era muy suaves. En poco tiempo el rostro lamentable se veía bien, tampoco quería que se fuera solo a casa y se sintiera triste cuando su madre no estaba, en poco tiempo era normal tomarle cariño a su amigo ¿No?

Subió al ático, allí revisó la ropa y se puso una pijama más grande que sus ropas, fue a la cama y se acurrucó a un lado, ese lugar le gustaba y prefería estar allí que en casa. Tomó el celular de nuevo para ver ese mensaje que le envió su madre.

"Tu padre depositó en mi tarjeta. Me dijo que dejes de insistir en recoger personalmente el dinero y vuelvas a usar la tarjeta. Cariño él es una persona ocupada, no creo que pueda verte".

Su madre no lo hizo sonar terrible, porque las cosas eran que su padre no quería verlo ni en pintura, apenas recordaba cuando vivían en familia, después del divorcio se olvidaron de él y más su padre que no lo ha vuelto a ver, ni mucho menos querido ver, a pesar de tener su número de celular tampoco le respondía, aunque si cumpliera con mandarle sus gastos y regalos de cumpleaños. Él no quería nada de eso, lo único que quería era verlo y platicar con él, pero al parecer no iba a ser posible con sus esfuerzos.

Necesitaba a su padre; necesitaba su amor; necesitaba a su familia. Se acurrucó en las sábanas deseando que apareciera alguien y lo abrazara con todas sus fuerzas.

—¿Tae... necesitas algo? -entró viendo de nuevo al chico encogerse en sus sábanas. Entró sabiendo que estaría de nuevo llorando, se acercó y se acostó a su lado, el menor se volteó y lo abrazó de inmediato.

—Abrázame por favor...

Lo abrazó como le pidió, lo tranquilizó en su cuerpo y después lo soltó para dejarlo dormir e ir a su habitación.



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Rabitta

Enseñando al Nerd (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora