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—Papá no me dejes... papá —sollozó en silencio y despertó de golpe llorando, se sentó en la cama viendo que estaba al lado de Hoseok.

El mayor se asustó por ese grito, vio cómo el chico se sentaba y lloraba con más intensidad —¿Qué tienes? ¿Qué te pasó?

—No es nada... nada... —se rompió en frente del pelinegro.

El pelinegro lo vio llorando y roto, no dudo en rodearlo con sus brazos para envolverlo con su calor, el chico hundió su rostro en el pecho del mayor y le devolvió el abrazo —Dime ¿Qué sucede?

—No lo sé, no lo entiendo... solo quiero huir, irme lejos donde nadie me conozca para poder llorar —hipeó, se secó las lágrimas con las mangas de su camisa —Quiero dejar de ser el Taehyung sonriente y fuerte, quiero llorar y gritar...  —lloró con más intensidad alarmando al mayor que lo abrazó de nuevo con fuerza —No sé qué quiero, tengo todo... pero no me siento feliz, lo odio, me odio ¿No sé qué debo de hacer?

Lo acostó en la cama viendo sus ojos con lágrimas saliendo una tras otra —No tienes que hacer nada... —tomó de su cintura para acercarlo y tomar con sus dedos los botones con el fin de cerrar esa camisa que seguía abierta.

—Entonces, ¿Qué debo de hacer Hoseok?... Esperar, luchar, o reprenderme por mis pensamientos. ¿Cuál es mi problema? ¿Soy yo el problema?

No podía responder a todos sus cuestionamientos, porque nunca se le cruzó en la mente que ese chico alegre, amoroso y amigable este sufriendo por dentro, buscando algo que no sabía qué era. Él tampoco había resuelto esas preguntas, solo se rindió, pero el castaño debía esperar y no rendirse, tal vez solo sea una etapa de su tristeza reciente o al no tener a su novio consolándole, pero esa noche él lo estaría consolando y dejando que olvide esos pensamientos.

—No te rindas... no te rindas Taehyung... encontrarás lo qué estás buscando. Olvida por esta noche, solo olvida lo que hay en tu mente esta noche —pasó la mano en su mejilla y le secó las lágrimas; no le gustó verlo de esa manera destrozado y parecía que no podía contarle a cualquiera sus complicados pensamientos. Lo llevó en su pecho y lo dejó allí de nuevo acariciando sin ninguna intención oculta la línea de su espalda —Solo disfruta y relájate.

El castaño se sintió muy bien con las caricias del mayor en su cuerpo, no solo sintiendo calidez en su piel, sino también en su corazón, disfrutó de esas manos casi adormeciéndose y olvidando las náuseas del alcohol consumido, cerró los ojos y se perdió en ese momento —Eres muy cálido Hoseok... —alzó la mirada y le sonrió ahora mostrando los vestigios de sus lágrimas, se acercó para pasar sus brazos en la cintura del mayor y abrazarlo.

Sintió ese cuerpo rodearle, teniendo una enorme satisfacción de tenerlo cerca —Tienes que bañarte y ponerte la pijama —le habló cerca del oído —Vomitaste... yo debo de regresar a mi cuarto.

—No.

—¿No? Debes de descansar, niño genio y si sigo aquí, no podrás hacerlo —le guiñó un ojo volviendo a hacer el Hoseok de siempre —Te dejé una pijama.

Es cuando el castaño de dio cuenta que estaba sin pantalones y solo teniendo esa camisa que le llegaba a los muslos, se sonrojó asumiendo que él se quitó la ropa —Lo siento —deshizo el abrazo dejando al pelinegro solitario y abandonado de su cuerpo, agarró la pijama que estaba preparada para él y caminó hacia el baño —Gracias Hoseok, por esta noche, eres un gran amigo —mostró apenas una sonrisa, pero significativa para el mayor.

Hoseok se sentó en la cama reteniendo esa satisfacción al abrazar a ese chico, se levantó y se fue a su habitación con sentimientos llenándole.

Enseñando al Nerd (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora