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Sus manos habían terminado de sujetar suavemente esas caderas y su cuerpo reposando entre las piernas contrarias, mientras que su par de labios se sumergían en esos besos disfrutando cómo las manos del castaño tocaban sus cabellos como si estos fueran los más sedosos. Sin darse cuenta estaban en una posición bastante comprometedora y la ropa del menor subida hasta el inicio de sus muslos, así como la abertura de los primeros botones dejaban a la vista no solo su cuello sino también parte de sus clavículas. En años anteriores y con otro chico eso significaría una noche de sexo segura, pero en ese momento lo único que cruzaba en su cabeza era llenarse de las dulces caricias del menor, sintiendo cómo el calor se extendía en su frío corazón justo como si fuera un niño descubriendo el amor, podría decirse que, si lo era, Taehyung era su primer amor, esa persona hacia una revolución en él. Nunca imaginó que algo surgiera cuando aceptó ser su tutor y enseñarle Temas selectos de Química fotográfica o, mejor dicho, sí lo sabía, algo de él siempre le llamó la atención, no se trataba de su físico sino de su alma.

Despegó sus labios sutilmente respirando antes de hablar, el castaño no dejaba de mirarlo y tocarlo apreciando cada parte de su rostro, se sentía muy bien —El desayuno se enfría. Lo hice para ti — sus mejillas se volvieron rojas maldiciendo en su mente por parecer un chico virgen. Se incorporó para pararse y ayudar al chico con la ropa revuelta a hacerlo también.

—¿Para mí? — dijo con una gran sonrisa dirigiéndose a la cocina donde salía ese delicioso aroma, su estómago rugió por hambre.

—A ¿Dónde vas con tanta prisa? — sujetó su mano entre la suya y le sonrió haciendo que el chico se sonrojara al ver sus dedos entrelazados.

Al llegar el menor quedó impresionado al ver la mesa, un plato de Kimbap cortados en rodajas en compañía de unos tazones de ramen que aún estaban calientes por el humo que les salía, otro plato con unas tortitas decoradas que supuso eran de harina, era más que un simple desayuno, parecía un cumpleaños. Con emoción se sentó sin que le dijeran cuál era su porción. Agarró los palillos y probó una rodaja de Kimbap —Esta delicioso —dijo abriendo los ojos, hasta podía decir que el mayor era mejor cocinero que él —Eres el mejor —le sonrió sin detenerse.

 Agarró los palillos y probó una rodaja de Kimbap —Esta delicioso —dijo abriendo los ojos, hasta podía decir que el mayor era mejor cocinero que él —Eres el mejor —le sonrió sin detenerse

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—Prueba esto — le dijo al chico que estaba entusiasmado devorando el Kimbap. Con los palillos tomó una tortita con fruta extendiéndosela en sus labios que no dudo en meterla en su boca —¿Esta deliciosa?

Asintió ante la suave masa de la harina que se mezclaba con la dulce miel y la fresca fruta haciendo gemir por lo delicioso que era, rápidamente se ganó una ceja alzada del mayor por su actuación, cosas sucias pasaron en su mente avergonzándose por lo indebido de la situación.

Hoseok se carcajeó a más no poder, era muy fácil de leer —Eres muy divertido... pero... —las mejillas del menor se volvieron aún más rojas por lo directo que era —Dime ¿Estas bien? ¿No tienes dolor o te sientes cansado?

—Es-estoy bien, solo un poco adolorido, pero nada de cuidado —revolvió un poco el ramen con los palillos observando al mayor comer lentamente sus alimentos, todo sucedió tan rápido, habían pasado semanas sin verse para que en el primer encuentro lo besara y se entregara como si se tratara de un joven caliente, pero no fue de esa manera él necesitaba expresar lo que sentía de una vez, si no pensaba que terminaría ahogándose en sí mismo, ahora estaba tranquilo y feliz que Hoseok sintiera lo mismo. —¿Cómo te va en la editorial? ¿Es cansado? —el momento se sentía tímido e íntimo.

Enseñando al Nerd (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora