Enseñando al Nerd (HopeV)

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La cálida piel fue lo primero que respiró cuando su consciencia apareció después de un profundo sueño. Sin abrir los ojos supo que el peso encima de su cuerpo pertenecía al chico castaño. Se sentía muy bien tener las suaves respiraciones hacerle cosquillas a un costado de su cuello, así como ese cálido brazo descansar en esa zona, prácticamente lo tenían apresado porque podía sentir una extremidad rodearle a la altura de sus caderas, él solo se dedicó a dejar sus manos sobre ese cuerpo reposando en el suyo. Sin miedo abrió los ojos para comprobar que efectivamente Taehyung durmió encima suyo y escondió su bonito rostro a un lado de su cuello sin poder verlo despertar, bajó la mirada siguiendo admirando al menor hasta encontrarse con la tela que solo alcanzó cubrir partes de sus caderas dejando ver más de la estructura desnuda en primera fila, sus manos se pusieron inquietas terminando de despertar para empezar a moverse, las yemas de sus dedos delinearon la curvatura de la acanelada piel subiendo y disfrutando de la caliente piel hacer contacto, el menor se removió por las sensaciones en su espalda, hombros y brazos acercándose más a él, su boca también se negó a estar quieta acercándose a la piel visible para dejar húmedos besos por la extensión hasta que, tuvo que moverse un poco al sentir su cuerpo acalambrarse, unos débiles quejidos se escucharon inconformes de ser movidos.

—Ho... —susurró en su oído de manera ronca por despertar apenas.

Sonrió más por los quejidos que por las cosquillas que esa calurosa voz ofrecía a su oído —Hmm... ¿Qué pasa amor? —besó la piel expuesta de ese hombro —¿Estas despierto?

Sintió cómo su cabeza se movía en negación, no evitó que la sonrisa en sus labios apareciera por aquel niño, un niño bonito no queriendo despertar —Quiero dormir más... — esa voz sonó rasposa y suave que le hicieron ver que se iba a quedar allí, acarició sus cabellos al mismo tiempo que le susurraba —Esta bien, pero quiero verte.

El castaño suavemente empezó a moverse despegando su cuerpo para acomodarse a un lado del torso del pelinegro. Hoseok observó adorablemente sus ojos cerrados, los cabellos revueltos por todos lados y esos labios abultados queriendo besarlos; esa imagen era de sus favoritas queriendo jalarlo hacia sus labios, pero mejor lo dejó dormir de nuevo. Sus pieles chocaron sintiendo lo bonito que era dormir de esa forma sin que nada les impidiera estar piel con piel mezclando sus temperaturas y cariño por el otro. Lo vio frotarse los ojos antes de tomar la sábana para cubrirse y acurrucarse a un lado.

—Abrázame Ho —salió de sus labios al sentirse bien en ese rinconcito de su cuerpo queriendo más caricias. El pelinegro se giró rodeándolo con sus brazos, le acarició los cabellos y el rostro no evitando sonreír por esas manos apreciarlo, amaba ese cariño y delicadeza al tocarlo.

Durmieron de nuevo lo que pudo ser horas, pero al mirar el reloj digital en la mesita cerca de la cama se percató que aún era temprano, no pudo volver a dormir porque su sueño se había esfumado al haber descansado profundamente en los brazos de Hoseok en la noche, tampoco podía levantarse porque este aún seguía durmiendo mientras lo abrazaba y no quería romper ese lindo momento, por lo que se distrajo observando la habitación. Sus parpados pestañaron un par de veces al ver cómo la luz entraba por la ventana alumbrando el espacio entre la cama y la alfombra haciéndose más brillante conforme pasaban los minutos. Se preguntaba qué iban hacer en ese día, en realidad no conocía la cotidianidad del pelinegro en esos días libres porque solo se habían limitado a estudiar y platicar mayormente sin hacer muchas cosas, por lo que esperaba con ansias a que despertara. De nuevo sus ojos se fijaron en esa tonificada piel pasando las yemas de sus dedos hasta formar círculos en ellas, la temperatura de su piel era cálida que le hacía olvidar el frío que se colaba en la mañana, tenía muchas ganas de besarle y lamer su cuello justo como la primera noche lo hizo, pero se sentía apenado de volver a hacerlo, todavía era un inexperto queriendo aprender rápido, supuso que todo se daría con calma.