La historia de la caja

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Capitulo 13

 

Gillian comenzaba a abrigar serias dudas acerca de su precipitado plan. Alec y ella llevaban esperando casi veinticuatro horas en la iglesia abandonada, y le parecía tiempo más que suficiente para que laird Styles hubiera llegado, si es que había decidido acudir.

Se encontraba mal, y sabia que si se sentaba probablemente no tendría fuerza suficiente para volver a ponerse en pie. De modo que no dejaba de pasearse de arriba abajo por la nave principal mientras reflexionaba sobre las circunstancias en que se encontraban.

-Vamos a tener que marcharnos pronto –le dijo al niño-. No podemos limitarnos a esperar.

Alec, sentado en una silla con las piernas recogidas bajo el cuerpo, se quedó contemplándola.

-No tienes buen aspecto, Gillian. ¿Te encuentras mal?

-No –mintió ella-. Sólo estoy un poco cansada.

-Yo tengo hambre.

-Acabas de comer.

-Pero después he vomitado.

-Sí, porque habías comido muy deprisa –replicó ella.

Fue hasta el fondo de la iglesia, donde había dejado su saco de tela y el cesto con comida que sus queridos amigos, los Hathway,  habían robado para ella. Miró por la ventana y vio a Henry paseándose por el claro.

-¿Qué miras? –preguntó Alec.

-A los Hathway –respondió-. No sé qué habríamos hecho sin ellos. Hace muchos años me ayudaron a llegar hasta la casa de mi tío. Han sido muy valientes. No se lo pensaron dos veces cuando les pedí que volvieran a ayudarme. Debo encontrar la forma de agradecérselo –agregó.

Le pasó a Alec una generosa loncha de queso y una gruesa rebanada de pan.

-Por favor, esta vez come despacio.

Alec mordió en pedazo de queso.

-El tío Harry llegará pronto, ¿verdad? –preguntó.

-Recuerda tus modales, Alec. No es correcto hablar con la boca llena.

-¿Sabes qué? –insistió él, ignorando sus palabras.

-No, ¿qué?

-No podemos irnos, porque el tío Harry se enfadaría mucho si llegara y no nos encontrase. Tenemos que esperarlo.

Gillian se sentó a su lado.

-Le daremos una hora, ni un minuto más. ¿De acuerdo?

Él asintió.

-Detesto esperar –protestó.

-Yo también –reconoció ella.

-Gillian, ¿qué piensas hacer si no encuentras a tu hermana?

-La encontraré –afirmó ella-. He de hacerlo.

-También tienes que encontrar esa caja –le recordó Alec-. Oí que el barón te lo ordenaba.

-No sé si podré. La caja desapareció hace muchos años.

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