Consumado

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Los días en Vegetasei parecían pasar mucho más rápido que en la Tierra, al parecer solamente eran unas dieciocho horas, había descubierto muchas cosas en ese planeta, como que la luna que era su satélite principal ejercía cierto magnetismo e influencia en sus habitantes, aquel día resultó ser un éxito su presentación con las naves, había no solo mejorado el sistema de impulsión, la velocidad se había triplicado y además los materiales con los que se fabricaban eran mucho más resistentes, el Rey quedó bastante conforme con lo logrado, además de eso pudo comprimir aquellas naves en sus adoradas cápsulas Hoy Poi, sin duda fue un gran día.

Pero no pudo evitar cruzar miradas con el príncipe y la verdad es que no pudo dormir en casi toda la noche por pensar en él, algo estaba ocurriendo y no podía detenerlo, fue quizás mucho más de lo que podía contener, un torrente increíble de sensaciones de desató cuando observó detenidamente aquella mirada, por un momento lo observó y el pareció responderle con una sonrisa tenue en su rostro, al instante se sonrojó ante eso, como si fuese una niña jugando a las miradas con el que le gusta. Entonces sus ojos se abrieron más en señal de sorpresa, ¿Él le traía? ¿Acaso él le gustaba?

La respuesta se dibujó en su mente a los pocos segundos al observar nuevamente aquellos orbes oscuros que parecían explorarla a profundidad, sí él le gustaba. Sentía una fuerte atracción hacia él, posiblemente era un problema suyo, pues estaba comportándose tontamente si fuese cierto. Ella era humana, no pertenecía a ésta raza ni a este planeta, cuando termine su trato con el Rey, tendría que irse y luego volvería a sentirse vacía si él ya no estaba ahí, frente a ella.

¿Por qué se sentía de ésta manera? Era como una sensación extraña que la arrastraba hacia sus brazos, como si siempre hubiese estado esperando el momento de al fin probar de esos labios, a los que sin querer observó cuidadosamente, moría por probarlos, por sentir en su piel el roce de su cuerpo, por volver a sentirse amada, deseada. Porque sí, ella quería que él de algún indicio de que también lo deseaba. Sin darse cuenta sus pies empezaron a moverse y caminó entre los grupos de saiyajines que aún se encontraban en las áreas de despegue, al caminar entre ellos algunos la observaron codiciosos pues hoy ella les había demostrado que no solo era exótica y deseable, sino que también era de utilidad para el reino, por ende era interesante y sería una buena opción como compañera, sin saberlo algunos cuantos de ellos se vieron interesados.

Se acercó hasta donde estaba el príncipe junto a su hermano, este la saludo y le dedicó una sonrisa, ya sabiendo que es posible que él pretenda algo con ella según Vegeta se lo había dicho, Vegeta la miraba curiosos pues no sabía a qué se había acercado, ¿Sería interés en Tarble? Aún tenía dudas pues ella había correspondido a esa tonta sonrisa.

-Príncipes, quería hacerles una consulta – Los miró con sus enormes ojos expresivos - ¿Podría saber de qué lugar obtienen el material con el que se implementaron sus cámaras de entrenamiento?, creo que puedo lograr unas mejoras.

-Bulma, si deseas puedo mostrarte el mapeado de este cuadrante y así podr… - Su hermano lo interrumpió inesperadamente, lo observó con el ceño fruncido, ¿Por qué se comportaba así de pronto?

-Se obtienen de Kalupma, es un planeta cercano, se encuentra a menos de un día de viaje – Respondió rápido y hosco.

- Bien, porque creo que necesitaré más de ese material – Lo miró fijamente a los ojos y sintió una pizca de complicidad en su mirada.

- Entonces daré la orden para que se realice una visita hacia allá, tendrías que hablar con el científico plant para que indiques cantidades aproximadas – Le encantó que ella sólo lo vea a él, que sólo lo escuche a él, ignorando a su hermano.

- El Rey debe autorizar ese viaje, Vegeta – Le respondió su hermano en un tono no muy gentil.

- Entonces yo misma hablaré con él, debo irme – Diciéndoles esto se alejó de ellos, notó algo extraño, ¿Serían celos? No. Claro que no. Estaba volviéndose loca. Se dirigió hacia los laboratorios donde debía hacer las coordinaciones respectivas con Irsus.

Tu, mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora