Irremplazable

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Planeta Vegetasei

Desde aquella absurda pero reveladora conversación con Kakarotto, no dejaba de pensar en ella y es que, simplemente no podía creer aún que las cosas se estén dando de esa manera, para él. Ella estaba muerta aunque le haya costado demasiado comprenderlo, pero ahora una vaga esperanza de que no era así se había posado en su alma y si ésta vez no lograba volver a verla finalmente terminaría por enloquecer. Se dirigió a su habitación en donde pensaba tomar un baño y relajarse un momento antes de acudir a la reunión que él mismo había solicitado con Nappa y Bardock, pensó que quizás debería de avisar a su hermano. Así que llamó al pequeño mediante el scouter, al parecer algo extraño sucedía pues no lo había hallado en el palacio.

El aparato emitió unos pitidos por varios minutos y no recibía respuesta, profiriendo una maldición, al estar ya en su habitación se quitó la armadura y después el traje spandex y desnudo entró al cuarto de baño, donde bajo el agua fría trató de aclarar sus pensamientos, sentía al agua recorrer cada milímetro de su piel, la alta temperatura de su cuerpo solo evocaba un tipo de recuerdos, las caricias y los besos que aquella mujer posó sobre su piel, cerró los ojos sumergido en aquella nebulosa de sensaciones y rememoró aquellos momentos, en que no existían nadie más que ellos dos, entregándose el uno al otro sin importarles el destino, sin importarles las consecuencias y sobre todo con absoluta devoción, porque aunque en un inicio no haya podido descifrar de qué se trataban esos sentimientoscon el paso de los meses que pasó en solitario pudo comprenderlo, él verdaderamente albergaba un sentimiento inmenso y especial por esa terrícola.

Era irónico peroel actual Rey de los saiyajins había caído en eso que el describía como sentimentalismos absurdos e inútiles, eran las vueltas que daba la vida, había estado ciego al no querer ver que ella, era su destino.

Aún sumergido en aquellos pensamientos que lo único que hacía era aumentar la temperatura de su cuerpo, decidió que ya era suficiente y salió del agua, tomó la toalla que descansaba sobre la mesa cercana y se adentró a su habitación, sacó un traje nuevo y una armadura, los que traía estaban totalmente destruidos; se cambió rápidamente y salió una vez más recorriendo los pasillos del palacio. Nuevamente con el scouter posicionados intentó comunicarse nuevamente con su hermano menor.

-Hermano, no podía contestarestaba ocupado – Contestó un poco agitado, cosa que pudo percibir pero en ese momento no le dijo nada.

- Hmmmp, me lo imaginaba – contestó sarcástico, su hermano era muy evidente para ciertas cosas.

-Ya estoy en Vegetasei y en una media hora tendré una reunión con Nappa y Bardock en la que quiero que estés presente, hay algunas cosas que tenemos que aclarar y además tienes que saber - le dijo directamente, necesitaba que su hermano esté presente; después de todo si se tenía que ir nuevamente del planeta lo necesitaba para que siga siendo el gobernante sustituto durante su búsqueda.

- ¿En media hora? – Preguntó dudoso – Mmmm, está bienpasaré por la sala de reuniones apenas llegue, ¿será allí no? – suspiró cansado, le hubiera gustado permanecer al lado de su amada por más tiempo, pero también tenía bastantes ganas de ver a su hermano.

- Después hablaremos – Vegeta cortó la comunicación, su hermano definitivamente estaba con una mujer, no era tonto y además ya tenía bastante experiencia en eso.

Se dirigió a los laboratorios centrales, aún se preparaba para entrar allí pues, la viva imagen de la mujer de cabellos azules recorría aquel espacio, su presencia lo inundaba todo, se adentró y ubicó a uno de los científicos de mayor confianza pues tenía un trabajo especial y delicado que encomendar. Caminó hasta Irsus, aquel ser del planeta Plant y este inmediatamente lo reconoció, se le veía un poco asustado.

Tu, mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora