18 de marzo de 2006
Salgo de mí casa prácticamente corriendo, la secundaria me quedaba a veinte minutos caminando y yo ya llegaba tarde. Apure el paso todo lo que pude haciendo que me dolieran la planta de los pies todo el resto del camino por la presión que hacía.
Nada más llegar las puertas estaban cerradas, me agarré los pelos con frustración y solté todo el aire que tenía en mis pulmones.
Me acerque al porterillo que había allí y toqué, rápidamente la voz de una de las secretarias habló e hizo las típicas preguntas “quien era” “de que grado era” “y cuantos años tenía”, un poco desesperada le contesté y escuché el ruidito que me dio a entender que ya podía abrir la puerta.
Subí las escaleras y abrí una puerta de cristal que me dio como campo de visión el hall, al fondo había una mesa con un profesor y dos libros en esta.
Me acerque hasta la secretaria para hablar y para informarme en qué clase estaba. Esta de muy mala gana me preguntó nuevamente el nombre y a que grado tendría que haber pasado.
Después de un par de minutos encontró mí matrícula junto con el listado de alumnos que pertenecían a cada aula.
—¿Como me dijiste que te llamabas?—preguntó la vieja de lentes, conté hasta diez internamente porque era como la tercera vez que le decía mí nombre.
—Acieta Rubinni—repetí con un tono de voz cansador haciendo que ella me miré por encima de los lentes con una ceja alzada y después dirigiera su vista nuevamente a las listas.
—Rubinni, Rubinni, Rubinni—buscaba con el dedo, me mordí el labio. Mí nueva tutora me iba a cagar a palos por llegar tarde el primer día—Acá estás, te toco en 2C, es el clil.
Asentí y me aparte del mostrador de secretaria para empezar a subir las escaleras pero una voz me freno, el profesor que estaba en aquella mesa.
—Señorita—llamo y me di la vuelta para mirarlo, me hizo una seña para que bajara. Tenía ganas de matarme no entraba más—Anotese acá.
Agarré la birome y apunte mis datos entre ellos; fecha, nombre y apellido, grado, hora, motivo de la tardanza y firma.
Una vez listo subí a las apuradas las escaleras y empecé a buscar el pasillo en donde se encontraba mí aula, recorrí los siete pasillos que tenía la primera planta y nada.
Decidí subir al segundo y después de pasar el quinto pasillo lo encontré, 2C clil, este a diferencia de los otros se caracterizaba por dar algunas asignaturas en inglés. Todavía no entendía porque me habían metido en un clase así cuando yo era un cero a la izquierda en los idiomas y más en el inglés.
Toqué la puerta del aula y hasta que no escuché un “pasé” no abrí, nada más hacer esta acción veintinueve pares de ojos se centraron en mí.
Antes de que pudiera hablar, la mujer que estaba apoyada sobre la mesa, miró su lista y después a mí.
—¿Usted es Rubinni?—preguntó con una ceja alzada, asentí y cuando vi que me hizo una seña, entre.
Me iba a dirigir a uno de los dos sitios desocupados hasta que habló nuevamente asustandome.
—Quiero que usted y Dybala se sienten juntos.
Segundo año compartiendo juntos pero eso era algo insignificante comparándolo con lo que venía después...
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