Fui al baño a las apuradas y de a poco fui sacándome la ropa, intente secar los jeans que tenía puestos con el mini secador de manos que había allí, estos estaban empapados a causa de la lluvia.
Solo a mí se me ocurría salir de casa sin campera un día de lluvia, mí excusa era que cuando salí de casa estaba soleado pero de un momento a otro apareció un mar de nubes y se largó como nunca.
Tocaron la puerta y después de esconderme en uno de los baños, hablé para que pasara aquella persona que estaba llamando.
—Acie, ¿querés que llame a tu vieja?—preguntó la rubia mientras tocaba la puerta donde me encontraba.
—Ah sos vos—contesté aliviada y abrí la puerta para volver a los lavamanos y seguir secando el jean—Lo que si necesito una campera o una remera porque el jean no está muy mojado pero la remera si, está empapada.
—Bueno, espérame que le pregunto a las chicas si tienen algo—argumentó la rubia, asentí y después salió por la puerta.
Me di la vuelta y seguí secando el jean que cada vez estaba más seco, una cosa buena. Porque además de tener la ropa mojada tenía los pelos hechos un asco.
La puerta volvió a abrirse dándome como campo visión a la rubia, hice un movimiento con mí cabeza para que me dijera la información. Esta negó y se encogió de hombros.
—Voy a llamar a tu mamá, ¿si?—preguntó, asentí y volví a centrar mí vista en los jean que ya se había sacado por completo.
Aproveché en lo que venía la rubia para ir secando mi pelo con una maniobra bastante rara y difícil aparte de la remera que tenía puesta.
La puerta se abrió y casi se me salen los ojos de las órbitas al ver que no era la rubia la que se había asomado, por instinto me tapé ya que estaba en corpiño.
—¿Que mierda haces acá?—chillé mirándolo con los ojos abiertos de par en par—Andate.
—Bueno bueno, que carácter che—se quejó mientras entraba en el baño, tensé la mandíbula—Me enteré de que Agus y vos se re mojaron. ¿A quien se le ocurre salir de casa sin campera sabiendo lo impredecible que es Argentina con el tiempo?
—¿Vos viniste a verme o a recriminarme como mí papá?—me quejé haciéndolo reír y después me ojeo por completo haciendome sentir incómoda.
—Las dos cosas—respondió cuando centro su vista en mis ojos y esbozó una sonrisa bien ensanchada—Lindo corpiño.
Mis mejillas no tardaron en tornarse rojadas por aquel comentario lo cual hizo reír a carcajadas al ojiverde. Este se acercó a mí saco detrás de el una campera.
—Tomá, ponetela que te vas a resfriar nena—extendió su buzo de color gris, un poco desconfianza lo agarré y me lo puse bajo su atenta mirada.
—Gracias—agradecí y me acerque a él para depositar un beso en su mejilla haciéndolo sonreír.
—Te queda linda—alagó causando una sonrisa en mi—Te la regalo.
Nunca me tendrías que haber regalado ese buzo Paulo...
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4/ 4
Vengo a avisar que a la novela le quedan 20 caps más para acabar🤪.