26; pegar

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Salí del colectivo con Agus, y nos sentamos en unos bancos para esperar a las dos chicas con las cuales nos juntariamos esa noche, era la primera vez que las íbamos a ver en persona, habíamos pegado amistad por redes sociales y vimos una buena ocasión para conocernos en una de las fiestas de su pueblo.

Le escribí un mensaje a mí mamá haciendole saber que habíamos llegado bien y que nos viniera a buscar alrededor de la una que era cuando terminaba la fiesta además de que el trayecto en bondi era alrededor de cuarenta y cinco minutos y era agotador.

Nos sentamos y en cada tanto se escuchaba alguna que otra pita, silbido o palabras por el estilo que salían de la boca de los conductores al igual que mándaban besos dándonos un asco increíble.

Después de esperar una hora las chicas aparecieron y se disculparon ya que habían tenido un par de complicaciones.

Hablamos de todo un poco para conocerlas más, sobre todo Agus, la cual era una máquina de sacar conversaciones contantes mientras que yo apenas acotaba algo al respecto.

Caminamos hasta la plaza donde se festajaba aquel “festival” ya estaban empezando a preparar todas las bandas sonoras, los puestos de comida y alguna que otra atracción.

Nos sentamos en un murito mientras las otras presentes hablaban de piercings y tatuajes.

—En un ratito vienen unas chicas ¿les jode?—preguntó la pelinaranja mirándonos a Agus y a mí, ambas negamos causando una sonrisa en ambas.

—¿Como se llaman?—cuestionó la morocha de lentes, mí acompañante con el ceño levemente fruncido.

—Maria y Valentina—contestó la pelinegra con una sonrisa, asentí y agarré el celulares.

Había recibido un mensaje de una amiga, la cual vivía a cinco minutos en auto del pueblo donde yo me encontraba, supuestamente iba a venir en un rato y quería que nos juntamos aunque sea un rato.

Luego de media hora aparecieron las otras dos chicas, ambas eran castañas y tenían un lindo cuerpo, cabe destacar que iban prácticamente iguales conjuntando tambien el color; negro.

Las saludamos y en vez de seguir hablando, hicimos una fila para ir a una de las atracciones que había allí y luego comer algún pancho con una bebida bien fría. Una vez hecho todo esto, nos sentamos en unas gradas que tenía la plaza para poder comer y hablar tranquilas, con la que más había pegado amistad era con Valentina.

Vi a mí amiga Carmen desde lejos, la cual me había escrito diciendo que ya había salido de su pueblo para venir aunque sea a salidarme, estuve un rato con ella hablando, hacia más de tres meses que no lo hacíamos.

Cuando volví con las chicas, una de las castañas más conocida como María, me agarro del brazo y lo entrelazó con el de ella.

—¿Conocés a Laura, no?—preguntó haciendo referencia hacia la ex novia del castaño, asentí—Bueno, tené cuidado porque yo me enteré de que te quiere pegar.

Y en el caso de que me fuera a pegar, iba a hacerlo por un chico que no valía la pena, nunca valiste la pena Paulo...

tan bien ; paulo dybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora