08; pileta

7.7K 393 42
                                        

Acieta
8 de enero de 2004

Terminamos de comer y ayudamos a Veronica a juntar la mesa, haciendo tiempo ya que nos tendríamos que quedar un rato descansando para hacer la digestión.

Una vez terminamos salíamos a la terraza y nos pusimos a jugar a las cartas concretamente al uno, con la morocha.

Después de haber ganado cuatro partidas, oímos los ladridos de Malena, lo cual nos hacia entender que alguien había llegado a la casa. Ambas nos asomamos y vimos a los dos mejores amigos con el uniforme de fútbol.

Abrieron la puerta y estaban bastante cansados, se les notaba en la cara y en la forma de caminar.

—¿Cuanto quedaron?—gritó la morocha captando la atención de los mayores, estos nos miraron y su hermano hizo una ceña de 3-2—¿Quien ganó?

—Nosotros—acotó la voz del cordobés bastante cerca, me giré de vuelta y lo vi que estaba delante mío—¿Cómo estás Acie?

—Bien—contesté con una sonrisa y me levanté para revolverle el pelo—¿Vos? ¿Cansado, no?

—Sí, un poco. Tuvimos partido y bueno—explicó encogiéndose de hombros.

—¿Marcaste alguno?—pregunté con una sonrisa, asintió—A ver cuándo me dedicas uno.

—Cuando quieras linda—me guiñó un ojo haciéndome reír.

—A ver déjense de cargosear y vení a comer Exequiel—exigió el morocho y no pude evitar reírme porque siempre se ponía celoso cuando Paulo y yo estábamos así.

El castaño me hizo una seña como que tenía que ir y asentí para después volver a sentarme y seguir juntando a las cartas con la menor.

Alrededor de quince minutos después sentí unas manos en mis hombros, estas me hacían pequeños masajes, alce la vista encontrándome con Nahuel.

—¿Que onda horrible?—pregunté después de darle un sonoro y baboso beso en el cachete.

—¿Como que horrible Acieta Rubinni?—entrecerró los ojos haciendome reír—Si soy hermoso, ¿Que decís?

—Paulo es hermoso—acoté, el ojiverde me miró y esbozó una sonrisa, segundos después le guiñé un ojo.

—Pudrite Rubinni—contestó el morocho y no pude evitar tentarme junto a todos los presentes—¿Vamos a la pileta?

—¡Sí!—chilló la menor tirando las cartas en la mesa y se fue corriendo para agarrar las cosas necesarias, entre ellas; toallas, flotadores, pelota etc.

Mientras la menor iba a agarrar las cosas, Nahuel agarró las llaves y nos dirigimos a la pileta, donde esperaríamos a Zoe, la cual no tardó mucho en aparecer cargada de cosas.

Dejó las cosas a un costado y aproveché para ir a la ducha ya que no podíamos meternos en la pileta sin estar duchados antes. Sentí unos brazos alrededor de mí cintura y estos me jalaron hacia afuera.

—¡Ni se les ocurra!—avisé pataleando como una loca mientras estos se reían—¡Zoe ayudame!

—Zoe venís a ayudarla y la siguiente sos vos, así que pensatelo—advirtió su hermano y ví como la morocha se quedó quieta—¿Lista?

—¡Nahuel!—grité con fuerza pero fue en vano porque me tiraron en la pileta como un cerdo. Segundos después salí del agua y les lance una mirada asesina a ambos—Así quedamos.

—Dale Acie, no te enojés—pidió el ojiverde con un mini puchero.

—Que chupa medias que sos culiao'—acotó el morocho antes de tirarlo al agua conmigo.

Me giré cuando lo vi acercarse a mí, este me agarró del brazo y me hizo dar la vuelta para que lo miré.

—Dale, no te enojes—insistió con un mini puchero que me dio mucha ternura—Perdón.

El primero de muchos perdones Paulito...

• • •

Si hubiera empezado a escribir esta novela cuando estaba resentida con mí ex hubiera sido una exagerada con los sentimientos de acieta, peeeeero por increíble que parezca me estoy volviendo a llevar con el😂

tan bien ; paulo dybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora