1 mes después.
Intenté saltar como pude entre la gente para buscar por algún lado a Yara y a Zaira, las cuales se habían ido a buscar un mojito o alguna bebida alcohólica.
Habíamos ido a los carnavales, una fiesta que se festajaba al aire libre en un aparcamiento prácticamente, un escenario se encontraba en medio de este y habían ido algunos artistas bastantes conocidos tanto del propio país como internacionales.
—Que jugadora de hockey más linda—acotó un chico a mis espaldas, inconscientemente me giré ya que había ido con la remera de las leonas, una falda blanca, unos botines y unas medias hasta la rodilla. Lo miré y eleve una ceja al ver que no lo conocía—Si a vos te estoy diciendo, bombón.
—Es lindo, atacá dale—susurró Agus en mí oído, la miré perpleja y negué, me daba vergüenza—Uh dale, aunque sea baila con el cagona.
Negué rotundamente, esta soltó un suspiro y posó la mano en su cara, después levantó la vista y miró al chico.
—¡Eh flaco!—llamó la atención del rubio, el cual se giró y se señaló a sí mismo para saber si se lo decía a el—¡Si vos! ¡Mí amiga quiere bailar con vos!
—¿Sos idiota?—hablé dándole un codazo y solté un gritito cuando sentí unas manos en mí cintura.
—Tranqui que no muerdo bebé—susurró en mí oído rápidamente la sangre subió a mis mejillas—Te la robo un ratito.
Este me apartó de aquel cúmulo de gente y cuando vió el lugar indicado volvió a agarrarme de la cintura para empezar a bailar. Estaba rígida ni siquiera movía la cintura causando un risa por parte del rubio.
—Tranqui, déjate llevar no más—habló suave y nada más bastaron estás palabras para empezar a soltarme un poco más.
Noté como afianzó su agarre y me apretó más contra el cuando sentí su bulto crecer de a poco. Haciéndome disfrutar a mí también al ver lo que causaba en el chico.
—Me estás matando—alardeó en mí oido, esbocé una sonrisa bien grande y me tiré hacia adelante para sacar un poco más de culo y bailarle.
En un rápido movimiento me dio la vuelta quedando a una distancia bastante peligrosa y noté como sin cortarse ni un pelo, posó sus manos en mí orto y empezó a hacer caricias.
Una mano me hizo zafarme de su agarre y me giré confundida para ver quién era, Agustina bastante alarmada.
—¿Que haces? Iba a chapar Agus—hice puchero, ella más que nadie sabía que era importante para mí dejar de ser tan virga.
—Me quede sola y no las encuentro, subité arriba mío y fíjate si las ves—pidio y se dio la vuelta para que me subiera, antes de hacerlo me di la vuelta para mirar aquel chico y module un “perdón” seguido de un puchero lo cual lo hizo reír y se fue de allí.
Me subí arriba de la espalda de mí mejor amiga y empezó a caminar por toda la zona intentado buscar a nuestras amigas, en una de esas vimos al grupo de Nahuel y Paulo, acercarse hasta nosotras.
—Que onda—saludó mí mejor amiga, simplemente nadie le contesto y la mayoría pasaba de largo.
Yo aproveché que Paulo estaba arriba de uno de los chicos, el cual era el que le gustaba a mí mejor amiga, Aaron, al cual le di un beso en el cachete y después me acerque a Paulo, pero este en un movimiento rápido giró la cara y terminamos dandonos un beso.
Y aunque mí mejor amiga me hubiese cagado el chape con aquel rubio, tu beso le dio el triple de vueltas a eso y fue lo mejor que me pasó en esa fiesta Paulo, pero como de costumbre la cagaste...
