2 meses después.
Dejé la valija a un costado de la habitación para que no molestara y no tardé en acostarme en la cama, estaba muerta después de un montón de horas de vuelo.
Mi padrastro había decidido ir hasta Italia para visitar a sus progenitores y que mí hermano conociera por primera vez a sus abuelos. No era la primera vez que venía, es más era la tercera pero yo era muy chica cuando había venido.
Saliendo un poco de ese tema, nunca me cayeron bien los progenitores de mí padrastro, con suerte me lo bancaba porque era el padre de mí hermano y siempre quiso cubrir el rol de papa conmigo porque el mío casi ni se preocupaba, pero nose lo permití, en tal caso a la única que tenía era a mí vieja.
Volviendo al tema de los padres de mí padrastro, no me caían bien por el simple hecho de que habían metido peste de mí mamá antes de conocerla y me parecía mal, porque mí mamá apesar de ser una mujer fría, era buena persona y siempre que ellos habían venido a Argentina les brindo nuestra casa.
La puerta se abrió y apenas giré la cabeza para ver quién era, mí progenitora, la cual no me prestó atención y directamente abrió mí valija para sacar un poco de ropa de mí hermano.
—¿Te sentís bien?—preguntó cuando estaba apunto de cerrar la puerta, levanté un poco la cabeza para apoyarla sobre mí mano y la miré.
—Estoy cansada nada más, creo que voy a dormir un rato no sé—informé, ella asintió—Pero antes me voy a dar una ducha, estoy toda mugrienta.
—Bueno, Mile me dijo que en el armario tenés las toallas y cualquier cosa que necesités que la avisés—habló antes de cerrar la puerta dejándome con la respuesta en la boca.
Me levanté lentamente para buscar una pila de ropa e irme a pegar una ducha rápida para después descansar un rato, tantas horas de viaje me habían matado.
Entre en el baño y abrí la canilla, mientras el agua se calentaba me fui sacando la ropa y cuando la vi con la temperatura perfecta, entré.
Estuve alrededor de quince minutos allí, salí con el pijama puesto del baño y fui directamente hacia la habitación que en este momento era mí pieza.
Entre y me encontré con mí hermano de cuatro años jugando con algunas cosas en la cama, me acerque a él para molestarlo ya que me encantaba hacerlo enojar.
Después de “jugar” un rato con Valentino, acomodé algunas cosas de la valija para que no hubiera mucho quilombo y la cerré para después ir a la cama y taparme hasta la nariz, hacía mucho frío.
Mí celular sonó, y me levanté para acercarme al escritorio, en donde lo había dejado y lo desenchufe. Volví a la cama y me tape hasta la cabeza dejando a la vista mis ojos y las manos por fuera, lo desbloquee y entre en WhatsApp encontrandome con un mensaje de Paulo;
Pau😝: No me dijiste que te ibas a Italia de vacaciones :(( te extraño y quiero que volvamos...
Y como una pelotuda volví a caer Paulo, caí en tus mentiras nuevamente...