❥ Christopher Vélez

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Todo fue en cámara rápida:

Cada momento que viví junto a él, bueno o malo, se reprodujo en mi cabeza una y otra vez. Aún no me quería alejar de su lado tan pronto.

Me agarré de los muros que tenía a mi alrededor. No podía mantenerme parada. Se estaba sacudiendo muy fuerte el piso, y el hecho de estar en el último piso del edificio no me dejaba tranquilizarme de ninguna forma.

Al final del pasillo en el que me encontraba, vi una silueta que se me hacía muy familiar, pero aún no lograba identificarla bien.

Estaba tan perdida en mis pensamientos, que no me fije que en el resto del lugar, habían más personas. Unas demasiado alteradas (aunque con esperanzas de vivir más) y otras ya resignadas a dejar su vida como si nada.

Cuando volví a fijar mi vista en el final del pasillo, pude verificar de quién era esa silueta. Mi corazón dejo de latir por un segundo al verlo ahí.

-¿Qué haces aquí? ¿Quieres morir? -El terror que me causaba verlo ahí, me tenía petrificada. No sé que sería de mi vida si él no estuviera en mi futuro.

-No podía irme del edificio sin antes saber que estabas bien, pero tal parece que no es así.-Justo cuando ya estaba parando el temblor, inició uno mucho peor.

Ambos caímos al suelo. Quedamos muy cercanos el uno del otro.

-No quiero perderte.-Las lágrimas rodaban por nuestras mejillas.-No me imagino un mundo sin ti. Eres todo lo que necesito para sentirme bien en la vida.

Intenté tomarlo del cuello para acercarlo a mi, y así poder darle un beso de despedida, pero desapareció de mi vista. Al mirar mi mano, encontré rastros de polvo.

Me encontraba aterrada.

Escuche un gran estruendo, pero no sabía qué lo había provocado. Por lo menos la fuerte sacudida ya estaba cesando.

Cuando menos me lo esperé, sentí que mi cuerpo se estaba deslizando hacía abajo. No entendía, hasta que mi mente empezó a procesar todo:

El gran estruendo provino de el edificio en el que me encontraba.

Al irse de lado el lugar, los vidrio se rompieron al ser impactados con los objetos que iban cayendo.

Ya sabía lo que venía.

No pude sostenerme de nada, estaba deslizándome por el pasillo. Todo eso me llevaba a la ventana donde vi en un momento la silueta de Christopher.

Caí. Nada me detuvo.

Cuando ya vi el abismo, todo dejó de moverse.

En otro lugar estaban zarandeando mi cuerpo. De igual forma, escuche mi nombre.

En un segundo, ya no me encontraba en ese espantoso escenario, sino que estaba en los brazos de Chris.

-Dios. Creí que no ibas a despertar.-Empezó a dejar besos por mi frente. Aún me sentía un poco impactada por el sueño.

-¿Qué pasó? - Pregunté un poco apenada por haberlo despertado.

-Diste muchas vueltas en la cama y me despertaste. Estabas sudando y a veces murmurabas mi nombre.-Puso una cara de preocupación.- ¿Debo asustarme por algo?

-¡No! Fue solo una estúpida pesadilla.-Me aferré a su cuerpo.-En ella te perdía, es decir que perdía todo lo que amo.

-Ay, bella. Aquí estoy, y espero estar por siempre contigo.-Después de esas palabras, deje un pequeño beso en la comisura de sus labios, para asegurarme de que ya no era un sueño.

Luego el tomo la iniciativa con el propósito de un beso más largo y más amoroso.

De verdad que es el mejor hombre que he podido conocer en mi vida.

-Te amo.-Me acurruque en su cuerpo. Con él, me siento protegida, porque se que no he de temer a nada.

One Shots CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora