-¡¿Qué fue lo que yo no te di?! -Gritaba con lágrimas rodando por sus mejillas.-Lo lamento, no creí que pasara.- Contestó cabizbajo
-Pues pasó, Erick. Si vas a hacer decirme algo, hazlo antes de que me vaya.-Dijo quitándose los rastros de las gotas que aún salían de sus ojos.
¡Esperen!.
Aún no es hora de que les cuente esto. Primero veamos lo que sucedió antes.
-Buenos días, Linda.- Entró a su habitación y la despertó moviéndola un poco, aunque no midió sus fuerzas y terminó haciendo que se golpeara en la cabeza contra la pared.
-¡Perdón! No era mi intención.-Ella empezó a sobar su cabeza.
-Claro.- Dijo desconfiada.-Más bien espérame para bajar a desayunar.
Entró al baño, tomó una ducha y después de unos quince minutos salió lista para bajar al bufé.
-¿Cómo dormiste anoche?-Preguntó el chico.
Su recorrido hasta su destino, fue agradable y extraño, porque no todos los días estas hablando de que soñaste con Finnick Odair vivo y dándote un cubo de azúcar.
-¿Lo prefieres a Finnick o a este bombón?-Cuestionó el ojiverde señalándose a si mismo.
-Toda la vida voy a decir que de no ser porque nos separan las páginas de unos libros y su
muerte, me casaría con él. Así que, ahí tienes la respuesta.-Contestó de forma dramática al mencionar sus razones.-Me voy a buscar a alguien que si me quiera.-Dijo Erick ofendido.
Antes de que avanzara en su camino, la chica lo tomo del brazo y dejó un beso en la mejilla del chico. Ambos se sonrojaron, pero ahora iban a la par.
Durante el resto del día estuvieron un poco incómodos, y el resto del equipo lo notó, así que decidieron dejarles un tiempo a solas.
-¿De verdad te vas a molestar por lo de Finnick?-Preguntó un tanto divertida por la situación.
-No me divierte, eh.-Se acercó para abrazarla, pero termino tropezándose con uno de los sofás del lugar. Como consecuencia cayó encima de la chica. De no ser por la existencia de una silla que se encontraba atrás de ella, tendríamos una herida y un cantante sin darlo todo en su show.
Aunque no se lastimaron, quedaron en una pose muy comprometedora. Tan perdidos estaban en su mundo que no habían escuchado los gritos que provenían del pasillo.
Nada más se enteraron cuando sintieron la presencia de alguien mas en la habitación.
-Con que por esto, no podía entrar.-Empezó dolida.-Pero tranquilos, sigan. Yo me largo de aquí.
-Carajo.-Se sentía muy frustrado. No había querido lastimar a nadie.-¡Jessica, espera!
Ambos sabían cuál sería el problema si ella se enteraba, aunque no habían hecho nada malo, Erick sentía que la estaba engañando.
Cuando la alcanzo, intentó detenerla pero se zafó de su agarre y empezó a gritarle.
-¡¿Qué fue lo que yo no te di?! -Gritaba con lágrimas rodando por sus mejillas.
-Lo lamento, no creí que pasara- Contestó cabizbajo.
-Pues pasó, Erick. Si vas a hacer decirme algo, hazlo antes de que me vaya.-Dijo quitándose los rastros de las gotas que aún salían de sus ojos.
-No podemos compartir todo el tiempo que me gustaría.-Intentó encontrar la mejor forma de expresar lo que sentía, pero sabía que de igual forma iba a sonar mal.-Pero con ella encontré un refugio, un calor, un sentimiento que creí no era posible sentir.
-¿Ya se revolcaron?-Preguntó con rabia.
-No. A pesar de todo, no te fui infiel. Sé que ahora debes odiarme, pero cuando te vuelvas a enamorar, me vas a agradecer por no atarte a mí.- Sabía que debía herirla terriblemente, pero el también se sentía como la mierda.
-Eso lo decidirá el tiempo Erick-Limpió las pocas lágrimas que aún existían ya que sus ojos empezaban a secarse.-Pero no te odio. Sé que nuestra relación tuvo muchos problemas. No te voy a atar a mi. Si la amas a ella, no pierdas el tiempo con algo que nunca va a tener un futuro.
Aunque a ella la mataba el hecho de tener que decir esas palabras, tenía en cuenta de que no podía echarle la culpa por nada. Todo tiene una razón y una consecuencia. Y ahí estaba la de ellos.
Al principio lo trató con odio y rencor, pero a pesar de que todos creen que es una bruja, sabe que si ya su corazón le pertenecía a otra, no podía impedir algo que tarde o temprano iba a pasar.
-Discúlpame por todo esto.- La abrazó, pero ella aún estaba incómoda.-Cuentas conmigo para lo que necesites.
-Igual Brian, pero el show debe continuar.- Se despidió y salió a buscar a sus amigas, que la habían acompañado al lugar.
Ahora no había nada que le impidiera estar con la chica causante de su locura. Podía decirle al mundo que era a ella a quién amaba; porque a pesar de que se le había permitido decir que Jessica era su novia, él no quiso hacerlo ya que de por si, recibía mucho hate por las redes. Pero ahora todo era diferente. Las CNCOwners la amaban, y aunque siempre existirá el odio, esta vez lo iban a manejar mejor.
A penas la pelinegra salió de su campo de vista, salió corriendo hacia la habitación donde estaba encerrado.
Ahora estaba ocupado por todos los chicos. Eso ya no le importaba. En el momento en que la vio, todo a su alrededor dejó de existir.
Corrió al lugar donde estaba, y la giro hacia él. Los que estaban en el lugar quedaron extrañados, pero aún más, al ver que la beso.
No era un beso cualquiera.
Por primera vez en meses, se habían besado. Por fin estaban probando los labios del otro.
A su alrededor se oían los chiflidos y aplausos. No solo ellos estaban felices.
-Discúlpame por todo.-Lo calló volviendo a juntar sus bocas.
-Ya no importa.
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One Shots CNCO
FanfictionSituaciones extrañas que a veces pasan por mi cabeza, siendo los integrantes de CNCO los protagonistas. ¿Te animas a entrar?