Capítulo 5: Confesiones

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Capítulo 5: Confesiones

Derek:

Elliana estaba muy rara. Cada dos por tres bufaba por cualquier cosa que le salía mal y, por si eso fuera poco, apenas habló en lo que quedó de tarde. Se aisló completamente y se encerró en la pequeña terraza para escribir. La notaba tensa, como si algo malo le hubiese pasado durante el trabajo. Porque sabía que había pasado en la empresa. Mi bella flor estaba muy alegre aquella mañana.

Así que cogí mi teléfono móvil y llamé a la única persona que seguramente sabría qué le había pasado. Esperé a que me atendiera y, cuando lo hizo, su voz sonaba agitada:

—Landon Brooks al teléfono.

—Landon, soy Derek. ¿Tienes un momento para hablar?

De fondo escuché cómo apagaba una máquina.

—Sí. ¿Le ha pasado algo a Elli?

Sonreí. Era tan obvio que dedujera de quién querría hablar. Al fin y al cabo él era su mejor amigo. Les unía un lazo especial que les hacía verse como si fueran una pareja cuando en realidad solo eran muy buenos amigos. Según me había contado Elliana, él había estado en el peor momento de su vida, cuando descubrió el engaño de su ex y cuando se derrumbó por completo. En esos momentos, agradecía que ella hubiese contado con alguien que la hubiese sostenido cuando todo aquello había pasado.

—De eso quería hablarte. ¿Sabes si ha pasado algo en la empresa últimamente? Ella está muy rara. Apenas me ha dirigido la palabra y nada más llegar a casa, se ha aislado. ¿Sabes si esto ha sido mi culpa?

Estaba desesperado por saber qué le pasaba. Aquella no era la primera vez que notaba un aire distraído en ella. Temía lo peor.

Landon hizo un silencio ensordecedor y tenso. Fue tan largo que empecé a moverme de un lado a otro con impaciencia. ¿Por qué tardaba tanto en hablar aquel hombre? Buf, me estaba poniendo de los nervios.

—Ha pasado algo en la empresa mientras tú te marchaste de viaje a España—habló por fin. Parecía que había pasado una eternidad desde que se había quedado callado.

Tensé la mandíbula. ¿Qué habría pasado?

—Adelante. Te escucho —lo apremié.

Se hizo otro silencio en la línea. Solo escuchaba el sonido de su respiración agitada. Tenía miedo de lo que me contaría. ¿Sería tan grave para que mi bella flor se aislara del mundo, incluso de me mí?

—No sé si debería decírtelo yo. Creo que no soy el indicado.

Bufé. Landon Brooks titubeaba demasiado y a mí aquello me estaba colmando la paciencia.

—¡Suéltalo ya de una vez! —le exigí. Estaba desesperado por saber qué le preocupaba a Elliana.

Desde el otro lado me llegó un suspiro de resignación. Escuché cómo tragaba en seco y se armaba de las fuerzas necesarias. Parecía que temiera mi reacción. Solo estaba preocupado por lo que pudiera pasarle a mi bella flor. ¿Tan malo era eso?

—Está bien. Te lo contaré. Probablemente ese bichillo me mate si se entera de que te lo he contado. No dudo en que lo haga. Esa mujer tiene un sexto sentido de la hostia. ¿Sabías que hace unos años Winter, Genevieve, Nora y yo intentamos hacerle una fiesta sorpresa y la muy descarada nos descubrió? No sé cómo lo hace, pero tiene un don para estas cosas.

Sonreí al recordar cómo ella misma dedujo que yo había sido la persona que se había inventado aquel rumor que decía que Landon y ella eran mucho más que amigos. Como bien decía su mejor amigo, tenía un gran sexto sentido.

Sueños Enredados (Amor Enredado 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora