Capítulo 16: Rozando la verdad

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Capítulo 16: Rozando la verdad

Derek:

—Está bien, bella flor. Cuida de ella y dale un gran abrazo de mi parte.

Escuché cómo suspiraba en señal de rendición desde el otro lado de la línea.

—No parece ella. Hemos puesto su peli favorita y no le ha prestado atención. Conozco a Winter desde que íbamos a la escuela y sé que cuando está así, tan distante, es cuanto más apoyo debemos darle.

Me pasé una mano por el pelo con frustración. Joder. Vaya hombres con los que se habían juntado ese par de rubias.

—¿Vas a pasar ahí la noche?

Ella volvió a suspirar.

—Lo haré, sí. Winter me necesita. Es mi mejor amiga —contestó ella. Parecía cansada, como si le hubiesen arrancado toda esa energía y vitalidad que tanto la caracterizaba.

—Lo sé. Si ves que está tan mal, mañana tómate el día libre. Dale un hombro en el que llorar y mímala.

Elliana se quedó callada. La conocía tanto que estaba seguro de que se estaba mordiendo el labio inferior con preocupación, debatiéndose mentalmente qué hacer.

—No quiero faltar. Tengo mucho trabajo que hacer, más ahora que quedan unas pocas semanas para mis vacaciones.

Puse los ojos en blanco a pesar de que ella no podía verme.

—Se me olvidaba lo responsable que puedes llegar a ser.

—Debo colgar, hombretón. Winter ha roto a llorar de nuevo. El deber me llama. Te mando muchos besitos. Te quiero, guapetón.

—Yo más a ti, preciosa.

Escuché un bufido.

—Sí, claro. Si me vieras ahora, toda desaliñada y en pijama, se te quitarían esas ganas de halagarme que siempre pareces tener.

Sonreí. Ella era tan humilde.

—Aunque estuvieses en chándal y sudorosa, aunque tu cuerpo estuviese lleno de heridas y cicatrices, yo siempre te veré bonita. Porque a mis ojos eres lo más hermoso que he visto.

Soltó una risita nerviosa. Estaba seguro de que se había puesto roja.

—Qué galán que eres.

Iba a decir algo más, pero una voz al otro lado de la línea que asocié a mi hermana se me adelantó:

—¡Elli, ya sabes lo mucho que te quiero, pero como no le cuelgues al idiota de mi hermano en este mismo momento y no vengas a ayudarnos a que Winter se sienta mejor, yo misma iré y te arrancaré ese maldito cacharro que tienes pegado a tu oreja!

Reí. Era tan propio de Emily soltar ese tipo de comentario.

—Será mejor que cuelgue. Creo que tu hermana sería capaz de arrancarme la oreja en este mismo instante. No me malinterpretes. Es una buena chica, pero joder cuando saca a relucir su carácter.

—No me digas, bella flor —remarqué con ironía.

—Te quiero mucho mucho.

—Y yo. Te echaré de menos esta noche.

Ella volvió a reír.

—Eres tan bobo. ¿Por qué no ves esa serie que querías terminar o lees un buen libro? Ya verás como así esta noche se te hará más llevadera.

Su tono de voz pícaro y burlón me sacaron de nuevo una sonrisa. Sabía que ella era la indicada, estaba seguro de ello.

Colgué la llamada y dejé el teléfono fijo en su lugar.

Sueños Enredados (Amor Enredado 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora