No me da tiempo de nada cuando cambio de velocidad para aprovechar el caos dejado atrás, y que yo mismo provoqué. Acelero de nuevo mi moto y enseguida me pierdo en el tráfico. Después de unos minutos elijo un escondite para mi resguardo.
Me encuentro en un estacionamiento alejado de la escena de hace minutos, una vez allí saco mi teléfono móvil y marco al comando, después de notificar lo sucedido y dar mi ubicación termino la llamada para esperar el equipo de operaciones. Estoy alerta con mi arma en la mano cuando al pasar al menos 10 minutos, veo como dos unidades del cuerpo llegan a mi escondite improvisado. Roberto es quien baja primero con su arma desenfundada.
—¿Estás bien?— Pregunta al llegar a mi lado.
—Sí, solo cuatro malditos intentando asesinarme pero nada que lamentar.— Digo con ironía.
—Eso es bueno—Agrega restándole importancia a mi comentario — ¿Te caíste?—Agrega esta vez.
—No.
Al dirigir la mirada hacia donde él señala veo que parte de la delantera de la moto tiene una abolladura. Es aquí donde caigo en cuenta de que arrollé a alguien a unos pocos metros de aquí.
—¡Mierda! En mi escape irrespeté una luz roja y arrollé a un peatón. Creo que fue a una mujer. Era mi vida o la de ella— digo para excusarme.
—Espero que se encuentre bien— Agrega Torres quien también está con nosotros.
Veo como un compañero que jamás he visto, y quién de seguro es algún novato, toma mi moto y sale del lugar. Subo a la camioneta y enseguida salimos del estacionamiento. Los cuatro vamos alerta ante cualquier posible persecución, veo que cada uno, al igual que yo, lleva su arma desenfundada por si estamos frente a un ataque. Avanzamos por la ciudad sin ningún contratiempo y minutos después estamos en el comando.
Doy mi reporte de los hechos a mis compañeros y superiores para que estos sean reseñados en un informe detallado y sé, que inmediatamente comenzarán las investigaciones sobre lo ocurrido. Luego de describir todo lo que sirva de ayuda, como características físicas, modelo de motos, tipo de armas que usaban los tipos, noto que algo comienza a hacer eco en mis pensamientos, y es el paradero de la persona a quién arrollé.
—Necesito un reporte sobre el accidente en la avenida.—Digo a Torres, mientras los demás salen y quedan solo Cristóbal, un hombre afrodescendiente quien lleva al menos cinco años en el equipo y Roberto.
—Hay que ver quien está de guardia, pero creo que sí. ¿Preocupado por el peatón?—Pregunta Roberto sirviéndome una taza de café.
—Quiero saber su estado.—Digo mientras recibo la taza y la llevo a mis labios.
—Yennifer es quien está de guardia, así que no creo que tengas ningún inconveniente Tigre.
No hago caso al comentario de Cristóbal por lo que terminando mi café, salgo rumbo al ascensor para dirigirme al quito piso. Aquí funciona el equipo telefónico de respuestas a emergencias. Camino saludando a algunos colegas quienes preguntan por lo ocurrido y es que en lugares como estos las noticias corren veloz.
—Nada de que preocuparse.—Contesto mientras voy a la oficina de llamadas para enseguida encontrar mi objetivo.
Yenifer Colmenarez es una mujer rubia, guapa y con un par de senos grandes que algunas veces comparte una noche de tragos y algo más conmigo. La observo que se encuentra detrás de una enorme pantalla en donde se observa el tráfico de la ciudad desde diferentes ángulos. Como ella aún no me ha visto, me devuelvo y voy directo a la maquina dispensadora de café, sirvo una pequeña taza y voy hasta donde ella se encuentra. Me siento a su lado y le entrego su café, cuando se percata que soy yo, sonríe quitándose los audífonos.
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Juego Del Destino
RomanceQue se llame Caín no es un buen presagio... Caín Baptista es un hombre de 33 años de edad, alto, moreno, y quien se desempeña desde hace 10 años aproximadamente en el Centro de Inteligencia Científica y Penal de su País. Según sus propias palabras...