Reconozco su voz así que busco la forma de abrir y me doy cuenta que la puerta está cerrada desde afuera por lo que halo la manilla y enseguida la temperatura fría impacta con mi cuerpo. Al entrar me la encuentro dentro, su rostro esta pálido y el verla así me asusta porque está llorando incontrolablemente.
En su ropa hay sangre y cuando me ve, trata de caminar hacia mí, pero enseguida se desvanece. Me acerco rápidamente para sostenerla en mis brazos, pero no sé qué ha pasado.La veo allí con los ojos cerrado y enseguida un sentimiento de miedo me inunda, la observo por si esta herida pero deduzco que la sangre es de un cerdo que cuelga a unos pocos metros de nosotros.
-—¡Despierta!
La acomodo en mis brazos y salgo hacia el corredor y en ese momento vienen su padre y otros de la familia.
—¿Qué le pasó?—Preguntan al verla en mis brazos.
—No lo sé, la encontré encerrada en la cava cuarto.
—Mierda. ¿Eso es sangre?— Pregunta una de sus Tías.
—Parece que sí.—Confirma Ruth.
—¡Mierda! ¡Mierda! Y mil veces Mierda—Dice su padre nervioso —Dámela—Pide y en un rápido movimiento me la ha quitado de los brazos para dejarme odiando no tenerla en los míos.
Yo quiero sostenerla.
El se la lleva en brazos hacia una puerta cercana que al ser abierta da a la cocina, todos vamos hasta allí pero enseguida escucho que alguien dice que es mejor llevarla a su habitación y es en ese momento como veo que se la llevan hacia el piso de arriba, quedándonos solo en el lugar, dos de sus tías y un hombre esposo de una de ellas llamado Juan y yo.
—Todo por una travesura de los niños. —Agrega este mientras se sirve un trago y lo ingiere de golpe.
—Menos mal llegaste a tiempo Caín.—Susurra la señora Sonya.
—Pero Elisa está bien, yo creo que es mejor ir por si necesitan de nuestra ayuda—Digo preocupado por su estado.
—No, ella esta bien.
—No lo está.— Dice de repente Juan.
—¿Por qué lo dices?— Pregunto mientras veo como se llena nuevamente el vaso de licor.
—Esa niña tiene un trauma desde la adolescencia.
—Calla. Mi madre te oye diciendo esto y te meterás en problemas.
—¿Me meteré en problemas por decir la verdad? Tú sabes que a ella la quiero como si fuera mi hija, Sonya. Ella, tú y Jean son lo que más quiero en la vida.
—Lo sé, pero tienes que entender que eso quedó en el pasado y mientras ella esté aquí no se comenta nada ni de Eduardo, su madre y mucho menos sobre su partida.
—Los odio a todos, mi amor.—Musita ebrio— A toda esa familia de mierda culpable de que esa pobre niña este así. —Veo que de repente el hombre mayor comienza a llorar y su esposa se le acerca mientras lo abraza.
—También yo Juan, también yo— Responde abrazándolo mientras los dejo allí y aprovecho para alejarme del lugar.
Una vez en la sala al pie de la escalera me debato entre subir o no, pero al final decido que lo mejor es dejarlos solos.
Salgo hasta la oscura noche y ya para ese momento solos tres de los muchachos primos de Elisa son los que se encuentran en el lugar, arreglando todo, cuando me ven sonríen y me ofrecen un vaso de licor que rechazo al momento.
—¿Elisa está bien?— Pregunta Ender.
—No lo sé, la están atendiendo en su habitación.—Digo mientras señalo hacia la casa.
—Espero que se encuentre bien.— Indica Jean a su vez.
—A lo mejor fue porque no ha comido.—Digo sabiendo que detrás de ese desmayo hay algo más.
—Elisa es vegetariana desde los 15 años y le tiene pavor a la sangre—Agrega uno de los jóvenes—Y el encontrarla en la cava cuarto fue una pesadilla para ella.
—¿Desde los 15?—Pregunto.
—Sí, desde que asesinaron a su hermano.
Susurra tomado de su copa de licor—Cuando mataron a su hermano ella estaba en su casa, cuando escuchó el ruido salió y lo encontró tendido bajo su propia sangre, hasta que ellos se lo quitaron de los brazos y se lo llevaron al hospital. Desde ese día Elisa es vegetariana y le tiene pavor a la sangre.Y es así como con todo encaja con lo dicho anteriormente por sus tíos.
—¿Muerto?— Indago queriendo saber más del tema.
—A Eduardo lo mataron por culpa de la familia de su madre.
Para completar, con este comentario se que detrás de esa joven y encantadora pelirroja se encuentra una triste historia que aún le pasa factura.
—No lo sabía— Confieso.
—Para ser amigo de Elisa pensé que lo sabrías. —Interrumpe Ángel el esposo de una de las primas de Elisa.
—Creo que ahora lo más importante es terminar con esto y acostarnos a dormir.—Agrega Ender por su parte.
En silencio agradezco su intervención y ayudo a recoger unas sillas para luego de apagar las luces retirarnos de allí. Observo la hora en mi reloj y son las 11 y 56 minutos de la noche.
Al entrar a la casa, veo que ya se encuentra en silencio por lo cual no sabiendo si subir o no, me dirijo a la cocina y la pareja que momentos antes deje allí ya no se encuentra. Voy hasta la cafetera y me sirvo una taza de café, mientras lo sorbo allí de pie recostado al mesón no puedo evitar las ganas de subir hasta la habitación de la pelirroja y saber en qué estado se encuentra, pero sé que basado en lo que los jóvenes de afuera me dijeron este es un momento familiar.
Creo llevar a los 5 minutos cuando veo llegar a Ruth.
—¿Como está?
—Ya reaccionó. —Me informa mientras la veo buscar un vaso y de pronto saca de la nevera una botella color marrón parecido al licor, veo como vierte una pequeña cantidad en él y seguidamente se lo lleva a los labios para ingerirlo todo.
Por el olor que llega a mi nariz confirmo su contenido.—Puedes subir a tu habitación ya todos se irán y dormir —Veo como deja vaso sobre la encimera y suspira —Solo la abuela es quien que se encuentra con ella. Aunque—duda recorriéndome con su mirada —Si quieres puedes hacerme compañía.
Ante su proposición, se que si nos hubiésemos conocido en otro lugar y por supuesto en otras circunstancias, este comentario no lo desaprovecharía por nada del mundo, pero sé que con esta mujer no y menos en el lugar donde me encuentro. Termino mi café y salgo con un simple "Buenas Noches, Ruth".
Subo poco a poco las escaleras y al llegar arriba agudizo el oído por si alguien se encuentra en el lugar, al dirigirme a mi habitación escucho un suave llanto que se escapa del cuarto que queda frente al mío doy un paso hacia este y escucho un murmullo de voces y sé que Elisa se encuentra en este momento allí. Alejo mi curiosidad de saber como se encuentra y entro a mi habitación.
Me despojo de la ropa y me cambio por una simple sudadera de pijama y una franela. Después de lavar mis dientes voy a la cama y una vez allí no puedo dejar de pensar en la pelirroja, se que está bien porque debido a la reacción de sus familiares cuando la vieron en mis brazos desmayada todos corrieron en su auxilio y ninguno dejaría que le ocurriera nada malo.
Después de quitarme los lentes de contacto me giro a apagar la pequeña lámpara que ilumina la habitación, pero cuando lo hago, escucho pasos fuera, claro indicio de personas alejándose del lugar, agudizo mi oído y han pasado como 5 minutos cuando ya no se oye nada más en la casa, así que una rápida idea se me viene a la cabeza y me pongo de pie.
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Juego Del Destino
RomanceQue se llame Caín no es un buen presagio... Caín Baptista es un hombre de 33 años de edad, alto, moreno, y quien se desempeña desde hace 10 años aproximadamente en el Centro de Inteligencia Científica y Penal de su País. Según sus propias palabras...