56- Estúpidas creencias.

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A la mañana siguiente despierto cuando siento que ella sale de la cama. Pero no la dejo ir sin antes tomarla y darle los buenos días como se los merece. Por mas que insista en que se quede conmigo no lo hace alegando que tiene que ayudar con el desayuno, así que después de hacer el amor, sale de la habitación. Veo el reloj y son las 5 y 45 am, por lo que decido levantarme y luego de una ducha me encuentro con los demás en la cocina. La mayoría de los que llegaron conmigo ayer ya se encuentran desayunando, menos los niños que aun duermen.

-Buenos días. Digo saludando a cada uno. E inmediatamente no pierdo la oportunidad de acercarme a mi prometida abrazarla por la cintura y besarla mientras ella deposita algunas arepas en una pequeña cesta.

-Muy buenos días para ti. Susurro y ella deja lo que esta haciendo y me rodea con los brazos.

-Buenos días mi amor. Dice mientras deposita un beso en mis labios.

-Basta de zalamerías. Dan asco. Oímos que dice Jean al entrar a la cocina.

-Todas las Villasmil son así. Primero muy tiernas, amorosas y después del ¡sí acepto! Se cuaimatizan.

- Cállate Idiota. Decimos los dos mientras oímos a algunas mujeres defenderse de lo que acaba de decir.

Al oír que lo amenazan con comer ensaladas de acelgas y otras cosas de las que Li prepara, esta protesta aún en mis brazos a su tía.

-Tía tampoco es lo más asqueroso de la existencia.

-Lo sé mi amor. Pero solo que este caballero se imagine un día sin comer carne lo hace ponerse enfermo. Dice su Tía mientras Elisa y yo nos separamos y ella vuelve a ocuparse mientras yo ocupo mi puesto en la mesa.

-¿Y ustedes que harán hoy mientras nosotras estamos en el pueblo? Pregunta Vanesa mientras toma su jarra de café y nos mira a cada hombre del lugar.

- Arreglaremos algunas luces de afuera, colocaremos las sillas y por ultimo montaremos a caballo. Contesta Ender con la boca llena.

-Hoy el día será agitado así que es mejor apresurarnos, además la abuela ya nos está esperando según ella la novia y el novio no se pueden ver antes de la boda porque es mala suerte. Apunta una prima de Elisa quien no recuerdo el nombre

Son demasiados Villasmil.

-Es verdad. Hoy Solo pido un minuto de desayuno con mi prometido.

-¿No crees que eso sea cierto? Las mujeres al oír la pregunta me miran como si estuviese loco.

-Es absurdo. Puntualizo mientras Elisa coloca un plato con comida frente a mí.

-Si no quieres tentar la suerte es mejor hacer lo que te decimos. Dice su tía, miro a mi prometida y ella sonríe alzando los hombros con indiferencia.

Efectivamente después de desayunar y luego de un rápido beso de despedida Elisa sale en mi camioneta con su abuela, algunas Tías y sus primas. Vanesa va con las demás en la camioneta de Roberto mientras los hombres nos quedamos en la finca, inmediatamente al irse el enorme portón es cerrado y el señor Ezequiel deja al descubierto el barril lleno de aguardiente

-Para hacer ameno el rato.

Y es así como nos enfocamos en terminar todos los arreglos para mi boda. Mi Boda. Quien diría que en menos de 24 horas estaré casado con la mujer que amo. Mientras avanza el día vemos como poco a poco a mi suegro se le comienza a subir el alcohol a la cabeza, así que tratamos de evitar que la copa llegue a sus manos muy seguido y así asegurar que la novia tenga a un padre sobrio que la lleve del brazo en ese día tan importante.

La tarde llega y ahora nos encontramos en las caballerizas. Rodrigo y Victoria están encantados en el lugar, Roberto y yo montamos con cada uno y esta demás decir que están eufóricos. Son las 4 de la tarde y aun hay señales de las mujeres. Según lo que dijo Elisa, iban a hacerse la última prueba del vestido así que quizás tomó más tiempo del que imaginé.

Todo lo referente a Elisa me preocupa, en todo momento quiero saber dónde está y como se encuentra. Mientras doy una vueltas en el caballo con Victoria un de los niños llega corriendo hacia donde me encuentro.

-Que ya la prima Elisa llego pero que abuela no quieren que se vean sino hasta mañana en la boda.

¡Estúpidas creencias!

-Dile que está bien.

Y es así como llega la noche y con todo listo para la boda yo no puedo estar con mi futura esposa. Después de preguntar me dicen que tampoco puedo verla. En estos momentos estoy malhumorado y más con las constantes bromas provenientes de mis colegas y los primos de Elisa. Así que sin nada que hacer tomo una copa de aguardiente y me retiro a mi habitación, no sin antes detenerme frente a su habitación y tocar dos veces.

-¿Estas ahí?

-Si entras mi abuela te matará. Agrega ella desde el otro lado de la puerta.

-Me parece absurdo que no pueda verte sino hasta el altar. Confieso.

-A mí también. Pero no podemos hacer nada. Dice y se oye la voz mas cerca así que me siento en la puerta y decido preguntarle como le fue hoy.

-El vestido es precioso. Te enamoraras de mí nuevamente. Oigo que dice y se que debe estar en la misma posición que yo desde el otro lado.

-Imposible estar más enamorado de ti. Me tienes desde hace mucho tiempo en tus manos.

-Lo sé. ¿Y a ti como te fue en el día?

Le cuento del paseo de los niños a caballo. Y su entusiasmo en todo momento, lo que la hace reír. Así transcurren algunos minutos mientras hablamos de nuestro día hasta que llega la hora de dormir. Luego de un rápido te amo y hasta mañana estoy en la habitación.

Me despojo de la ropa y luego de una ducha rápida estoy en la cama. Cierro los ojos y poco a poco me sumerjo en el mundo de Morfeo, hasta que siento a alguien subir a mi cama, y al abrir los ojos veo la silueta de una mujer. De mi mujer.

-Necesito hacerte el amor por última vez como mi novio. Dice mientras me besa.

-Soy todo tuyo. Contesto para enseguida perderme en sus caricias.

Juego Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora