Mi cuerpo detecta enseguida una piel cálida a mi lado y su suave perfume hace que mis sentidos estén alertas, cuando digo Alerta es porque una parte en especial en mí cobra vida. Cuando abro los ojos caigo en cuenta de todo lo que ha ocurrido en estas últimas horas. Veo a Elisa dormida y recostada en mi pecho, su mano está a la altura de mi corazón y su pierna izquierda reposa sobre mi abdomen. Su presencia no me inquieta, lo que lo que me perturba en este instante es la posición de su pierna muy cercana a mí...
A mi enorme erección matutina.¡MIERDA!
Si se despierta y en todo caso si hace un movimiento descendente de seguro la sentirá y no creo haya un momento más vergonzoso que ese.
En otra ocasión me gustaría ver su rostro, pero con todo lo vivido ayer, no es momento de bromas. Así que me preparo para salir rápido de la cama antes de que cometa una locura.Como puedo poco a poco y sin despertarla me libero de su agarre. Una vez de pie me detengo al verla en mi cama y no sé por qué un extraño pensamiento de esta imagen todos los días me hace sentir algo extraño dentro de mí pecho.
Como las demás veces.
Pero algo llama mi atención y es que al estar desarropada veo que mi camisa se le subió hasta el abdomen, logro distinguir otro pequeño tatuaje en la cadera, pero no me quedo a detallarlo porque en cualquier momento puede despertarse y sin pensarlo dos veces me lavo los dientes; me coloco ropa de correr y salgo.
Un buen trote hasta el parque es mejor que una ducha fría, tomo algunas cosas que necesito y salgo en silencio de allí.Veo que la ciudad está completamente despierta, hago un rápido estiramiento y enseguida siento como cada zancada llena mi cuerpo, corro y corro más fuerte hasta que poco a poco la imagen de Elisa en mi cama sale de mi mente. Cuando son las 8 de la mañana ya he trotado más de lo que he hecho estas últimas semanas, así que me dirijo esta vez al supermercado cercano a mi edificio y consiente de que en mi alacena no hay nada decente para comer hago algunas compras.
Cuando vuelvo al apartamento la Pelirroja sigue durmiendo, esta vez esta boca abajo por lo que entro sin hacer ruido al baño y me ducho para quitar todo el sudor del trote, salgo y busco algo cómodo. Como siempre en el apartamento y odiando cada vez los lentes de contacto tomo mis gafas y salgo a la cocina. Total no es la primera vez que Elisa me ve con ellos, aunque por la cantidad de alcohol que tomó esa noche, no sé si lo recuerda.
Veo que son las 8 de la mañana y tengo hambre pero la cuestión es que a pesar de toda la comida que acabo de comprar. Yo no sé cocinar nada más que café.
¡Mierda, ¿Y ahora?
Recuerdo la vez que estuve enfermo y Elisa cocinó para mí. También recuerdo que Roberto sabe cocinar muy bien y sopeso la idea de llamarlo, aún con el teléfono en la mano decido que es mejor otro método, porque este comenzaría con sus miles preguntas, y no estoy de humor para esto. Por otra parte una idea viene a mí, así que busco rápido en el móvil la aplicación Youtube y me veo escribiendo en la barra de búsqueda sopa de verduras.
—Ni siquiera cocinar un maldito arroz— Susurro.
Hago todo lo que el tutorial me indica y en pocos minutos tengo las verduras hirviendo en una olla... Por último hago el café algo de lo cual no necesito ayuda de Youtube y cuando estoy pasándolo por la coladora siento su presencia.
No sé qué me pasa con ella, desde que la conocí mi cuerpo comenzó a reaccionar de forma extraña cuando ambos estamos cerca. Y es que esta energía nunca la había sentido, sino hasta que comencé a conocer a esta Pelirroja. Desde que nos conocemos cada vez siento una especie de electricidad que envuelve la estancia donde ella y yo nos encontramos. No sé si a Elisa también le sucede pero es que esta vez aquí, de pie en la cocina soy consciente de que está allí en algún lugar detrás de mí.
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Juego Del Destino
RomanceQue se llame Caín no es un buen presagio... Caín Baptista es un hombre de 33 años de edad, alto, moreno, y quien se desempeña desde hace 10 años aproximadamente en el Centro de Inteligencia Científica y Penal de su País. Según sus propias palabras...