EPÍLOGO

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Finalmente, Manuel rescató y guió a los supervivientes lejos del pueblo devastado por los zombis, la codicia y el terremoto.

Dejando atrás un camino sangriento, llegaron al pantano, que durante mucho tiempo les sirvió de barrera natural contra las oleadas de zombis, debido a que los no-muertos se atascaban hundiéndose sin remedio en el lodo. Aunque por suerte, con el paso de los meses, estás oleadas se fueron haciendo cada vez más esporádicas, y cruzarse con un zombi terminó siendo algo bastante inusual.

Establecieron el primer poblado en un sitio casualmente muy próximo a donde Manuel y Border se encontraron aquella mañana. Gracias a los caminos y puentes que construyeron, resultó ser que el Reino del Pantano fue convirtiéndose en un importante nexo comercial para los reinos vecinos. Y los años que siguieron fueron muy muy prósperos y dichosos.

¡Casi lo olvido! Hasta donde sé, la fábula del dragón continuó siendo una historia para asustar a los niños (y también a los no tan niños). En cuanto a Border, escuché a unos decir que en realidad cayó al vacío cuando los esqueletos se les tiraron encima, desesperados por conseguir la Lanza Dorada. Otros opinan que no sobrevivió a la herida mortal de la espada de fuego. Eso sin mencionar a los que afirman que consiguió volver a casa. Pero también, muchos concuerdan en que el autor de estos relatos cambió el final para que no terminara en tragedia. Aunque, si me lo preguntan a mí, yo creo que Border debe andar por ahí... en alguna parte, enredado en una nueva aventura.


Buenos Aires, febrero de 2019.

El Rey Sin NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora